The Grandmaster. Kar Wai maior

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The Grandmaster: Kar Wai maior

No entiendo yo eso de que The Grandmaster es una película alejada de los grandes temas de Wong Kar Wai

Se estrenó en España el 10 de enero de 2015. Y me pareció maravillosa. No entiendo eso de que es una película alejada de los grandes temas de Wong Kar Wai, de sus acercamientos poéticos a la realidad jugando con el tiempo, adelante, atrás, ralentizado, a fuego lento, al horno, a la plancha, frito …

Basta ver unas pocas imágenes y el trailer (que es un desastre, todo hay que decirlo) para percibir que la película es Kar Wai 100%.

En una sala oscura, el espectáculo es formidable cuando te metes en la historia. Ese botón de abrigo, la madera del escalón que se abre, las fotos para detener el tiempo que pasan del color al blanco y negro virando a sepia, los vestidos, los peinados, los vuelos de los tejidos, la nieve, la lluvia, los interiores, los exteriores, el gesto firme de Gong Er afrontando la venganza en la estación ahumada consciente de que la vida se le va como el tren que pasa … Kar Wai puro, Kar Wai maior.

The Grandmaster (Wong Kar Wai, 2013)
The Grandmaster (Wong Kar Wai, 2013)

Obviamente el kung fu (horizontal-vertical: qué bellísima metáfora para dejar claro que de lo que se trata es de hablar del amor, de la vida y del destino, del honor) está ahí, pero no es lo importante. O sí lo será para algunos espectadores, que eso es lo bonito del cine bueno.

Pasé dos horas estupendas, fascinado con la narrativa operística de un director (y su orquesta) que me interesa y me apasiona incluso cuando no me gusta la partitura que tiene por delante. Me pasó en My Blueberry Nights.

Lo de la china Zhang Ziyi (34 años, tan deslumbrante como en El camino a casa, hace 14 años ya) y la surcoreana Song Hye-kyo (32 años) y su ensamblaje asombroso con el gran Tony Leung (Hong Kong , 1962) es ballet clásico de alta escuela. Te dejan alelado.

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