Coherence: ¿Rojo o azul?

Hay que atribuir a James Ward Byrkit el mérito al sacar adelante su primera película, un desasosegante thriller psicológico de ciencia ficción sobre física cuántica y universos paralelos,  con escaso presupuesto y un único escenario.

La idea -quiénes somos realmente, qué sabemos de nosotros mismos y de los que nos rodean- y el argumento que la reviste, son interesantes. Las interpretaciones y los diálogos iniciales entre los personajes, naturales y espontáneos. Le han valido el premio al mejor guión en Sitges y a la mejor película en el FANT de Bilbao y el festival de Ámsterdam. Pero a medida que el metraje avanza, el guión se vuelve alambicado y artificioso y muestra sus hechuras de principiante.

El director novel espera «que Coherence encaje en esa categoría de películas que juegan con tu percepción de la realidad como Donnie Darko o Memento, con ese giro que te hace querer verlas otra vez para entender lo que has visto». Me temo que la paciencia y el interés no dan para tanto.

En el peculiar juego del gato de Schrödinger, aplicado a este grupo de amigos que celebran el paso de un cometa, quien verdaderamente no sabe al final ni quién es, entre tanta salida y entrada de la casa y superposición de estados vitales, entre tantos sticks luminosos a lo Matrix, es el espectador.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Nic Sadler
  • Música: Kristin Øhrn Dyrud
  • Montaje: Lance Pereira
  • Duración: 89 min.
  • Distribuidora: La Aventura Audiovisual
  • Público adecuado: +16 años
  • Estreno en España: 24.10.2014

Estados Unidos, 2013.  

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