El mundo es nuestro: Catarsis frente a la crisis

Después de la internética “Trilogía Sevillana”, Alfonso Sánchez presenta su opera prima, plasmación del auge del cine andaluz. 

Estamos en crisis. Es la cruda realidad. Ca­da día lo sentimos y, cuanto menos, nos de­sasosiega. Hablamos de ella, hacemos cá­balas dando vueltas a posibles soluciones, nos angustiamos y desarrollamos el in­genio… cada uno hace lo que puede.

El Culebra y el Cabesa, dos raterillos del tres al cuarto, deciden ejecutar su “brasila­zo” (como el Dioni) atracando una sucur­sal bancaria en el sevillano barrio de Tria­na, en plena Semana Santa. En la sucur­sal se topan con una galería de variopin­tos personajes: los novios que tramitan una hipoteca, el empresario sin escrú­pu­los, el parado que viene a solucionar un pro­blema con un recibo devuelto, el inter­ven­tor obsequioso, la estirada exigente, la lim­piadora, la cajera abrasada… La historia se complica y el secuestro se sale de ma­dre.

Hasta ahora, la crisis la hemos visto plas­mada en películas muy diferentes de es­tilo y tono, como Inside job (2010) o The company men (2010). El mundo es nuestro es otra cosa. Es una comedia gambe­rra muy hispana, que bebe de las raíces tra­dicionales de nuestra mejor comedia (Berlanga, Forqué, Mihura) y recupera la iro­nía y el humor para afrontar las situacio­nes grotescas cotidianas. Supone una ver­dadera catarsis frente a la crisis. A nivel puramente fílmico, de lenguaje cinema­tográfico, comparar esta película inteli­gente, bien escrita y esctructurada, magníficamente interpretada y con un tempo soberbio con la saga Torrente es una clamorosa injusticia.

El guión de El mundo es nuestro, divertido e ingenioso, está sem­brado de situaciones hilarantes, que se encadenan perfectamente en la trama. La película aprovecha bien la dimensión co­ral de la historia para cubrir sin didactis­mos un espectro muy representativo del tejido social ante el drama económico. To­do, como decía, sin didactismo, sin discur­setes fáciles, sin tomar partido, con res­peto y gracejo. La idiosincrasia andaluza y el “enterismo” sevillano son la esencia de los acertados gags de la trama.

Alfonso Sánchez, realizador y protagonis­ta (fue Amador en la aclamada Grupo 7, de Alberto Rodríguez), ha estado también muy acertado en su opera prima en cuan­to a la dirección de actores, no excesi­vamente conocidos, excepto Antonio De­chent (Biznaga de Plata al Mejor Actor en el pasado Festival de Málaga por A puer­ta fría), como siempre brillante.

Y además, junto a su inseparable amigo y coprotagonista Alberto López, han pues­to en pie una película de escaso presu­puesto -600.000 euros- mediante el nove­doso sistema de la microfinanciación co­lectiva. Internet ha sido vital para sacar es­te proyecto adelante.

Merecidos el premio del Público y el pre­mio a Alfonso Sánchez como mejor ac­tor en la sección ZonaZine del pasado Fes­tival de Málaga 2012.

Una comedia muy por encima de la media, de las mejores del cine español en los úl­timos años.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Daniel Mauri
  • Montaje: Carlos Crespo
  • Música: Maravilla Gypsy Band
  • País: España Año: 2012
  • Duración: 87 m.
  • Público adecuado: +16 años (lenguaje crudo incidental, erotismo incidental)
  • Distribuidora: Festival
  • Estreno: 22.6.2012
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