El viaje de tu vida

El viaje de tu vida: Robyn de los desiertos

En 1977, Robyn Davidson, una joven y bohemia zoóloga australiana, decidió cruzar –sin más razón que el por qué no– 1.700 millas de desierto hasta el Océano Índico, acompañada únicamente por una pequeña recua de camellos y su perro.

El relato de su solitario y agónico viaje fue publicado en el National Geographic y recogido posteriormente en un relato autobiográfico que se convirtió en best seller. La película de Curran es una road movie que cuenta el drama de supervivencia de Robyn. Y lo hace con corrección, pero no con maestría. Curran es realizador que aspira a superproducciones pero deja la impresión de quedarse corto. Le pasó en El velo pintado, y aquí no tiene el cañamazo sólido de Somerset Maugham.

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Tracks, penosamente traducida con el anodino y poco comercial título El viaje de tu vida, hubiera requerido una historia más potente, quizá con más referencias autobiográficas, que hiciera frente a la grandiosidad y monotonía del desierto -magníficamente recogida por la cámara de Mandy Walker  (Australia)- y un personaje masculino con más fuerza que Adam Driver que le diera réplica a la actriz, porque ambos, son el motor que permite ver con gusto la película. Eso es lo que la hubiera hecho verdaderamente grande.

Aunque la dirección es masculina, en el film se deja ver una mano de mujer, o más bien varias: de la autora del relato, la guionista y la directora de fotografía. Una mano que reivindica los desafíos que tradicionalmente se atribuyen a los hombres. Es ésta otra de las notas destacables de la película, sin cargar las tintas en reivindicaciones feministas. El director ha tenido el acierto de buscar una actriz que reúne fortaleza y fragilidad. Para un papel así -como Jane Eyre o la Sophie de In treatment-, nadie como Mia Wasikowska. La actriz australiana sostiene –con su mezcla de inteligencia, testarudez, personalidad e independencia-  la carga emocional de la película que tiene momentos notables.