Jauja: Metacinematografía en la Patagonia

El arte de contar historias -las vidas ficticias, las fábulas y leyendas que se cruzan con nuestras propias existencias- se esconde tras esta quinta película de Lisandro Alonso (Carta para Serra, Liverpool, Los muertos, La libertad), un drama ambientado en el siglo XIX sobre un hombre danés que busca desesperadamente a su hermosa hija adolescente, con la que había emprendido la aventura de encontrar Jauja, el paraíso perdido de los Incas. Como es de suponer conociendo al director, ésta no es la única línea argumental.

Jauja quiere ser muchas cosas. Hay algo de Centauros del desierto, también de Borges. Cautiva en las secuencias iniciales, gracias a la magnética fotografía de Timo Salminem, habitual de Kaurismaki, de planos estáticos combinados con el silencio musical y unas buenas interpretaciones -sobre todo del políglota actor protagonista- que logran una atmósfera onírica. Pero peca de exceso de intencionalidad metacinematográfica, con sus enigmas, y las larguísimas y pesadas secuencias de Viggo Mortensen tropezando por inhóspitos pedregales de la Patagonia, y sobre todo con ese desconcertante cierre que, a menos que se sea seguidor incondicional, hace casi imposible no recordar el famoso cuento del rey desnudo.

La película recibió el premio «Una cierta mirada» en Cannes, reconocimiento de la crítica a un autor que transita habitualmente por el extrarradio de la corrección cinematográfica y el gusto del público, y utiliza sus propias reglas, en este caso poco presupuesto, el leit motiv de unas localizaciones fascinantes y un actor -que se ha implicado como productor-, mucha improvisación y veinte páginas de guion coescritas con el poeta Fabián Casas. Lo dicho.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Timo Salminen
  • Música: Viggo Mortensen, Buckethead
  • Duración: 101 min.
  • Distribuidora: Noucinemart
  • Público adecuado: + 16 años (X- V)
  • Estreno en España: 12 diciembre 2014

Argentina, 2014

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