La señorita Julia: Ullman, 14 años después

1880. La Noche de San Juan, verano, fiesta, baile y regocijo. En una mansión campestre irlandesa, vive aislada Miss Julie, la hija del dueño, un aristócrata que regresará pronto de un viaje. Julie escucha la algazara exterior y coquetea con John, un joven criado de su padre, al que conoce desde la infancia. Ella, llena de altivez, desea rebajarse; él es educado, pero basto. A los dos les une un deseo y una repulsión mutua. Seductores y tiernos, o brutales y salvajes, sus momentos íntimos les empujan a hacer planes desesperados y a soñar con una vida juntos. Sin saber si la mañana traerá esperanza o desesperanza.

Es el material de partida de la obra teatral de Strindberg (1849-1912). Escrita en 1888 y estrenada en 1896, Liv Ullmann (76 años cumple en breve) tenía ganas de trabajar con ella, teniendo en cuenta que es una obra popular y bastante representada, especialmente en los países nórdicos. Ullmann vuelve a la dirección después de la tremenda Infiel (2000) que escribió Bergman.

Y Bergman se ha peleado a fondo con Strindberg (no olvidemos que el director sueco lo fue todo en el teatro de su país y dirigió unas 30 producciones sobre obras de Strindberg para teatro, radio y televisión). «Me ha acompañado toda la vida. Lo he amado, lo he odiado y he lanzado sus libros contra la pared. Lo único que no he podido hacer nunca es deshacerme de él», dijo el director de Fresas salvajes sobre el dramaturgo.

La película de Ullmann no funciona bien. Me encantan sus trabajos precedentes (que era una actriz soberbia lo tuve claro hace muchos años, pero su talento como directora me sorprendió). Chastain, Farrell y Morton están muy bien, pero la película no me convence. A pesar del acertado vestuario de Consolata Boyle, de la foto áspera y eficaz de Krichman (Elena, Leviathán), de la música exquisitamente seleccionada (el arranque es bellísimo…), etc.

Por un lado, creo que el material de partida tiene cosas interesantes pero es irregular, ya me lo pareció en el teatro. Strindberg grita demasiado, tiende al mitin; no tiene el talento ni el temple de Ibsen.

La escritura del sueco ha influido mucho en cierto cine de autor del siglo XX, quizás porque consigue ese tipo de diálogo vitriólico, tenso e incómodo, que tanto gusta a algunos directores y espectadores. Pero los mejores alumnos de Strindberg evitan sus defectos. Y Miss Julie tiene unos defectos estructurales de padre y señor mío.

Hombre atormentado desde su infancia. Vehemente, siempre visceralmente polémico, Strindberg tuvo un carácter desequilibrado que mezcló variadas fobias (manías persecutorias entre ellas) con una acusada misoginia y una detestación de la familia como institución. Strindberg deconstruyó la escritura del diálogo teatral usando fórmulas que han influido en sectores del teatro y el cine posteriores. En Fröken Julie está todo esto.

Ullmann se explica

Es revelador que le pregunten a Ullmann –una actriz con mucha experiencia que terminó siendo una excelente directora- si era consciente del riesgo de hacer una película demasiado teatral.

¿Qué reglas absurdas deciden lo que debe o no debe ser cine? El público está sumido en la oscuridad, frente a los personajes, como ocurre en el teatro

«La película es teatral, desde luego, pero ¿por qué sería un problema? ¿Qué reglas absurdas deciden lo que debe o no debe ser cine? El público está sumido en la oscuridad, frente a los personajes, como ocurre en el teatro, y no me asusta en absoluto. No solo tenemos la posibilidad de realizar primeros planos, sino también de seguir con fluidez los comportamientos, gestos y movimientos tan típicos de la época». Es la respuesta de Ullmann, que también afirma: «Me pareció esencial aislar del mundo exterior a los tres personajes. La historia transcurre durante las fiestas de verano, pero nunca vemos las celebraciones. Incluso en la obra de Strindberg, unas personas entran en la cocina y bailan de forma grotesca. Pero estaba empeñada en aislar a los tres personajes, y tuve que luchar para conseguirlo».

Y en estas explicaciones de Ullmann se encuentran algunas de las razones por las que la película no me convence. Sus 129 minutos pesan como una losa. Los actores son magníficos (mejores que los personajes) pero la historia no fluye, los temas y conflictos tienen tanto afán por decir «aquí estamos y os vamos a escandalizar» que pueden provocar el hartazgo del espectador contemporáneo. Ciertamente las relaciones entre hombres y mujeres, las diferencias de clases, los vicios y egoísmos, el afán de dominar tienen actualidad.

Pero Ullmann no consigue paliar lo tremendamente pesado y redundante que es Strindberg cuando se pone, un autor que envejece mal. Aunque cualquier actriz o actor se sienta tentado por unos personajes diseñados para el lucimiento.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Mikhail Krichman
  • Montaje: Michal Leszczylowski
  • Duración: 129 min.
  • Distribuidora: Golem
  • Público adecuado: +18 años (X)

Miss Julie. Noruega, Reino Unido, 2013. Estreno en España: 12/12/2014

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