Magical girl | Masoquismo y delirio

Un director joven con talento formal, pegado obsesivamente al manga más cruel, engolfado en un artefacto narrativo de un insano masoquismo.

Diamond Flash no encontró productor y tampoco distribuidor. Tampoco hacía falta. Costó 20.000 euros. No me extraña, lo comprendo perfectamente. Magical Girl sí y lo entiendo. Es la segunda película de Carlos Vermut, 34 años, dibujante de comics que adora el manga y flipa con Goku, porque dice que es ateo y racionalista, y supongo que puestos a adorar algo los tebeos dan ideas. Carlos López del Rey firma Vermut aunque la bebida le da grima, y piensa en formato viñeta. Ha hecho cortometrajes y sueña con hacer una versión quinqui de Breaking Bad. Amigo de Vigalondo y de Paco Cabezas, se confiesa devoto de la estética pop, del cine quinqui, de Tarantino y de la cultura popular española, de Marisol y de los Power Rangers a ritmo de Bisbal.

Sus entrevistas son así de bizarras (está muy de moda lo bizarro, tanto que irrita). Le ponen la rampa y Vermut coge carrerilla: P/ En tu caso, pones a las protagonistas al límite. ¿Hay algún tipo de fantasía detrás de los directores que usan mujeres para sus películas, pudiendo así manejarlas a su antojo? R/Creo que sí, muchos directores son perversos, tienen un componente sádico. La sensación de sadismo es muy extraña, pero muy agradable, el hecho de saber que puedes someter a alguien. Es una sensación con la que no estamos acostumbrados a lidiar, por eso tendemos a taparla cuando surge. Pero en el fondo a todos nos pasa de alguna manera, todos somos sádicos o masoquistas, uno necesita del otro. Para el sádico es agradable someter, o incluso hacer daño, aunque sea de manera inconsciente, sino no habría gente violenta o que abusara de su poder o su fuerza física. El masoquista, por otro lado, necesita del sádico para convertirse en víctima. P/¿Cuál de los dos eres tú? R/ Claramente un sádico. No se me da bien aguantar el dolor emocional. Por otro lado, estoy obsesionado con el equilibrio entre lo racional y lo emocional. Soy muy pasional, muy sensible, pero también muy racional. Analizo mucho el porqué de mis emociones, trato de gestionarlas.  No me gusta que la parte emocional se apodere de la otra, por eso tengo que compensar. Creo que soy un poco obsesivo con esto, es una especie de protección. (entrevista de Paula Hü en el blog La paz mundial)

La frialdad mecánica del relato, su afán por encajar las piezas de una trama que vincula a tres personajes torturados es un delirio artefactado. Un tebeo underground, bien fotografiado, bien montado y estupendamente interpretado pero delirio. La historia gira en torno a un padre que deberá remover cielo y tierra para conseguir un carísimo vestido para su hija, una niña con un cáncer terminal. Una mujer derruida psíquicamente y un anciano profesor que acaba de salir de la cárcel completan las palancas de un pinball que sostiene la pelotita en juego hasta el final de una partida en la que hay destreza, pero la sabiduría brilla por su ausencia.

Igual es que estoy ya muy baqueteado, pero estas propuestas cinematográficas me dejan no frío, sino gélido. Las atrocidades que el director tiene el buen gusto de sugerir (en algún caso no sugiere, incoa) retratan una pesadilla que parece destinada a hacer sufrir al espectador. Y ya. Sin más. Se tortura a los personajes porque eso “mola mazo” y es muy creativo, supongo.

La película ganó la Concha de Oro a mejor película en San Sebastián. Carlos Vermut obtuvo el premio a mejor director.

MAGICAL GIRL – CLIP 03 – LA CASA from AVALON on Vimeo.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Santiago Racaj
  • Montaje: Emma Tusell
  • Duración: 127 min.
  • Distribuidora: Avalon
  • Público adecuado: +18 años (VXD)
  • Estreno: 17.10.2014

España, 2014

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