One day (Siempre el mismo día): Amigos para siempre

One day (Siempre el mismo día) | Lone Scherfig venía de rodar una de las pelí­culas más sugerentes e interesantes del año pa­sado: An education. Digo esto porque cuando el nivel está ahí cuesta encontrarse con un dra­ma romántico convencional que podría califi­carse con un encogimiento de hombros y un “bueno…”.

No hay nada que chirríe especialmente en la his­toria de una pareja que se conoce una noche y mantiene una larga amistad durante 20 años. Él es un inmaduro y ella una insegura, pero se quie­ren y se apoyan y pasan muchas cosas en la película, porque pasan muchos años, y ya di­go, nada molesta demasiado (aunque me sobran detalles tontos que rompen el tono de una pe­lícula que quiere ser elegante y a la que no le pe­ga ser otra cosa). Sin embargo, la cinta es un in­menso bajón en la carrera de Lone Scher­fig. No hay que olvidar que la realizadora dane­sa, ade­más de la ya citada An education, se dio a co­nocer por Italiano para principiantes. Es decir, es una directora con el suficiente peso pa­ra no meterse en un melodrama tópico, episó­dico, de escritura alargada y con un punto de gi­ro final propio de un escolar.

Probablemente gran parte del problema lo ten­ga la novela de David Nicholls, que él mismo ha convertido en guión. La sensación es que la histo­ria no daba para más (de ahí el deli­to de la rea­lizadora).

A pesar de todo, como quien tuvo retuvo, hay momentos en los que asoma la gran retratis­ta de tipos humanos, quizás no tanto en la re­lación principal como en los pequeños conflic­tos de las subtramas: en las conversaciones de la madre enferma de cáncer ante un hijo que está dilapidando su vida, en las breves llama­das a la amiga del alma, en los encuentros y de­sencuentros entre padres e hijos, en el torpe in­tento de dos personajes de levantar una pare­ja sobre la nada. Estos momentos son los culpa­bles de que, a pesar de todo, nos acabemos ena­morando de cada uno de los personajes, sin ex­cepción. Y alguien dirá que eso es por los acto­res –Anne Hathaway y Jim Sturgess están muy bien- y quizás. Pero es que no es la prime­ra vez que le pasa, yo diría que le pasa siempre. A los personajes de Scherfig es muy fácil en­gancharse. Y eso no lo consiguen todos los di­rectores. Y menos con una mala película.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Benoît Delhomme
  • Montaje: Barney Pilling
  • Música: Rachel Portman
  • País: EE.UU.
  • Año: 2011
  • Duración:  107 minutos
  • Público adecuado: +18 años (sexo, temática)
  • Distribuidora: Universal
  • Estreno: 14.10.2011
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