Profesor Lazhar: 12 años

Candidata al Oscar a la película en lengua no inglesa, ganadora del premio al guión en Valladolid, mejor película canadiense en Toronto. Una maravilla.

Soberbia película canadiense ambientada en una escuela de enseñanza secundaria de Mon­treal. Un trágico suceso conmociona a alum­nos y profesores. Y Bashir Lazhar, un pro­fesor argelino de 55 años que vive en Ca­nadá por motivos que desconocemos, se ofre­ce a cubrir la baja de la profesora falleci­da. La directora del centro no está muy con­vencida, pero acepta a Lazhar, que encuen­tra a los niños en situación de absoluto desconcierto, unos pequeños que reaccio­nan de muy diversa manera ante la trage­dia y afrontan el día a día como buenamen­te pueden.

Profesor Lazhar es una de esas películas enor­mes que apasiona sin necesidad de piro­tecnia. Los niños están geniales, los acto­res adultos son tremendamente eficaces y es­tán muy bien dirigidos por Falardeau, que ha hecho una adaptación muy inteligen­te -verdaderamente magistral- de la obra teatral de la quebequense de 37 años Eve­lyne de la Chenelière, estrenada en 2002. La foto, la música, el montaje se ponen al servicio de la historia y cumplen per­fectamente su misión.

Monsieur Lazhar es­tará entre las mejores películas del año y en­tre los acercamientos más delicados del ci­ne de ficción a la infancia y su relación con el dolor y la sanación de las heridas que deja la vida

La serenidad, el pulso de la historia sabia­mente gobernada por la mano de Fa­lar­deau, la interpretación excelente de Mo­ha­med Fellag te permiten ir asumiendo to­do, con una emoción contenida gracias a un rea­lismo encantador, sin trampas, sin sen­sible­ría, con un tono casi documental que recuer­da a las francesas La clase y Ser y tener y aquella otra notable película cana­diense, Mamá está en la peluquería.

Profesor Lazhar
Profesor Lazhar

Con la milagrosa Kiseki, Monsieur Lazhar es­tará entre las mejores películas del año y en­tre los acercamientos más delicados del ci­ne de ficción a la infancia y su relación con el dolor y la sanación de las heridas que deja la vida: nada tan frágil como un ni­ño, nada tan fuerte como un niño. Su fac­tura sencilla la hace aún más atractiva y de­licada. La pelí­cula de Falardeau -un docu­mentalista que se inició en el largo de ficción en 2000 y que lle­gó al cine después de estudiar Políticas y Re­laciones Interna­cio­nales- supone un verda­dero atracón de hu­manidad, de amor, de es­peranza, de belle­za.
Una de esas películas gasolina que te llenan el depósito hasta arriba, como Ni uno me­nos, de Yimou.

Aunque suene tópico, es un cine que te ayuda a seguir creyendo, a se­guir esperando, a reafirmarte en la verdad que esconden esos dos jirones de pensa­miento respaldado por la vida de aquel ti­po apasionado, bajito pero enorme, llamado Agus­tín, que no todos han logrado entender: “In necesariis unitas, in dubiis libertas, in omnibus caritas. Ama et quod vis fac”.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Ronald Plante
  • Montaje: Stéphane Lafleur
  • Música: Martin Léon País: Canadá
  • Duración: 94 m.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: A Contracorriente
  • Estreno: 18.5.2012

Monsieur Lazhar, 2011

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