Una segunda madre

Una segunda madre: Una máquina de querer

Excelente película brasileña que sabe contar una historia doméstica con tensión narrativa, humor, ternura y realismo.

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Val lleva muchos años trabajando como empleada interna para una familia de la burguesía de Sao Paulo. Fabinho, único hijo del matrimonio formado por Carlos (un arquitecto retirado prematuramente) y Bárbara (una diseñadora), ha sido criado por Val y se prepara para entrar en la universidad.

La casa descansa sobre los hombros de Val que sabe tratar a cada uno. Trabajadora, cariñosa, leal y prudente, Val es el corazón de la familia. Todos la quieren y ella parece haberse hecho a la idea de una existencia lejos de su hija, que vive en una ciudad muy distante, mantenida con el dinero que envía la madre, que no la ve desde hace 10 años.

La llegada de Jessica, la hija de Val que llega para intentar acceder a una prestigiosa escuela de arquitectura, supondrá cambios en la rutina de este hogar en una urbanización cercana a la ciudad. El status quo peligra y Val tendrá que templar…

Premiada en la Berlinale y en Sundance esta película brasileña es una delicia. Y es comprensible que guste. La historia que cuenta está magníficamente escrita y rodada por Ana Muylaert (Sao Paulo, 1964) que esquiva los cantos de sirena de este tipo de historias con una sabiduría llamativa que le permite llevar el timón de la película con una destreza envidiable.

El logradísimo tono de comedia (aunque los temas que trate sean serios) necesita una actriz de talento, y Regina Casé lo tiene para dar, vender y regalar. Su recital es memorable, sin necesidad de traicionar la esencia de un personaje que, valga la expresión, es una máquina de querer.