Vivir sin parar: La vida es una larga carrera

Vivir sin parar comienza con imágenes en blanco y negro de un joven Paul Averhoff, que cruza el primero la línea de meta; poco después vemos a Paul en color, con setenta años, feliz y en buena forma; pero la debilidad de Margot, su mujer, y la insistencia de su hija Birgit los convencen de que lo mejor para todos es que se trasladen a un asilo; allí pueden recibir la atención que necesitan.

Lo que no saben es que la institución tiene un reglamento muy estricto, y que las actividades se reducen a cantar en un coro y a hacer manualidades. Si sus vecinos parecen satisfechos -o resignados- con el régimen, Paul no tarda en estar harto y decide organizarse por su cuenta: se calza las zapatillas y comienza a entrenar «todavía le queda un Maratón» dice, para la gran carrera de Berlín.

Primer largometraje del guionista Kilian Riedhof, sorprende gratamente por la solidez de una historia que aborda con amabilidad y humor temas de profundo calado. Nos dicen que Riedhof llevaba siete años trabajando en esta historia, es fácil de creer, el guión es impecable, la historia va a más, y el personaje de Paul Averhoff, interpretado por el veterano Dieter Hallervorden, una institución en Alemania, es un poema que conquista el cariño y admiración de todos.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Judith Kaufmann
  • Montaje: Melanie Margalith
  • Música: Peter Hinderthür
  • Duración: 114 min.
  • Distribuidora: Karma
  • Público adecuado: +12 años
  • Estreno en España: 14.11. 2014

Sein letztes Rennen. Alemania, 2013

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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.