Todos queremos lo mejor para ella
Todos queremos lo mejor para ella

Mar Coll, directora de Todos queremos lo mejor para ella: «En el fondo Todos queremos lo mejor para ella es una clásica historia de supervivencia»

La niña prodigio se ha hecho mujer con esta segunda película. Mar Coll compagina su labor como di­rectora y guionista con su trabajo docente en la ESCAC (Escuela de Cine de Cataluña). “Me gusta mu­cho hablar con los alumnos, saco muchas ideas de esas clases, en cierto modo casi todo lo que fil­mo está ahí”.

¿Cuál es el origen de su película?

Mar Coll/ Hace unos años un amigo sufrió un acci­dente. Traté de ponerme en su lugar y escribir el guión desde su perspectiva. Siempre me había in­teresado indagar en cómo afecta un trauma en la vi­da de una persona y a la gente de su entorno, qué pien­san, cómo reaccionan.

¿Qué quería contar?

M. C./ En el fondo es una historia clásica de supervivencia. Todos tendemos a ser conservadores y tenemos miedo a los cambios pero a veces los cambios lle­gan y tienes que adaptarte. El cambio no tiene por qué ser malo… Y en cualquier caso, nada está asegura­do.

Todos queremos lo mejor para ella pero…

M. C./ No es fácil ayudar al otro como realmente necesita, tropezamos con nuestros propios límites, a ve­ces somos torpes para demostrar el cariño. Por otra par­te me interesaba también reflejar la presión que sen­timos muchas veces por la mirada de los demás. Estamos muy pendientes de quedar bien, de causar una bue­na impresión y esto a veces nos provoca mucha ansiedad.

Mar Coll, directora de Todos queremos lo mejor para ella
Mar Coll, directora de Todos queremos lo mejor para ella

En la película hay una cierta crítica a la importancia que le damos al trabajo, ¿no resulta extraña es­ta denuncia en un país con tanto paro?

M. C./ Claramente pienso que el trabajo es un aspec­to fundamental, es una de las patas de tu vida que tie­ne que estar solucionada, igual que la familia o la afec­tividad, pero una persona no es solo un puesto de tra­bajo. Yo quería reflejar esta situación de desamparo que se produce cuando tienes que empezar también en esta faceta.

Si le digo que lo que menos me ha gustado es el fi­nal…

M. C./ Lo entiendo, pero es un final abierto, como la vi­da… quizás es un continuará, pensé mucho el fi­nal y me gustó la solución que encontramos, aunque pue­da pa­recer desconcertante. En el fondo es un final muy con­ceptual y hasta poético.

¿Valeria apareció de repente o siempre pensó en Va­leria para su personaje?

M. C./ No pensaba en ella, fue un hallazgo, apareció muy avan­zado el casting pero cuando la vi supe que era ella el personaje. Un personaje por otra parte fundamental, con mucho carisma y que está construido a par­tir de la mirada de Geni.

¿Cómo es su método de escritura?

M. C./ La verdad es que no tengo un método concre­to. Soy muy intuitiva. Mis películas parten siempre de al­go que me preocupa y me golpea y, a partir de eso, de­sa­rro­llo la historia.

¿Hay una mirada femenina en su cine?

M. C./ Sí, no puedo prescindir de eso, pero también hay una mirada joven y de Barcelona… la mirada del di­rec­tor es personal y le influye su edad, su sexo, su lu­gar de nacimiento…

¿Cuáles son sus referentes?

M. C./ Muchos, muy heterogéneos… y no muy concretos ni muy conscientes. Creo que lo que lees, lo que ves y lo que escuchas, especialmente en tu adolescencia, te marca.

¿Qué proyecto tiene en cartera?

M. C./ Estoy escribiendo algo pero la realidad es que quie­ro esperar a ver la reacción del público ante esta cinta. Me gusta dialogar con las películas y, en cierto mo­do, entiendo mi obra no como una serie de piezas independientes sino como una evolución y, en esa evolución, la recepción de esta película influirá en la próxima. Es lo que pasó con Tres días con la familia, me en­cantó dialogar con el público, escuchar sus sugeren­cias. Algunas de esas cosas están en Todos queremos lo mejor para ella.

Crítica de Todos queremos lo mejor para ella

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