La ladrona de libros

La ladrona de libros: Letra y sangre

Eficaz adaptación al cine del best seller australiano. No es especialmente brillante, pero funciona

En el año 2005, el escritor australiano Markus Zusak publicó en su país La ladrona de libros, novela que pronto se convertiría en best seller mundial. La adaptación cinematográfica se ha encomendado a Brian Percival, un realizador que solo había dirigido un largometraje (A Boy Called Dad, 2009) pero muy conocido por haber dirigido seis episodios de la serie Downton Abbey, entre 2010 y 2012 y el especial de Navidad 2011, además de otras conocidas series de la BBC como North & South.

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Tanto la novela como la película narran la historia de Liesel, una niña de 9 años, que pierde a su familia en plena época nazi y es acogida por el curioso matrimonio Hubermann, donde la mujer y el marido son bastante diferentes. Gracias al cariño del padre adoptivo, Liesel comienza a revivir mientras se abre a un mundo inesperado, donde los libros y el poder de la palabra son la fuerza de inspiración.

El guionista Michael Petroni (Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba) fue el encargado de realizar la adaptación. Como el libro no se ajusta a un orden cronológico, además de qué partes suprimir, tuvo que decidir cómo reestructurar y dar un orden temporal a los acontecimientos que se narran. El resultado es una historia sencilla, a veces excesivamente simple y previsible, que narra las pequeñas vivencias de Liesel y su pequeño mundo, surcado por los avatares crueles del nazismo y de la Segunda Guerra Mundial. Aunque hay quien opina que la historia cinematográfica es algo fría y no transmite bien las emociones, otros pensamos que tiene una dosis adecuada de ternura, dramatismo y humor, siempre contenidas y especialmente brillante en las relaciones “paterno-filiales”.

En lo que más fácil se está de acuerdo es en la calidad de las interpretaciones. En primer lugar, tenemos a Sophie Nélisse -ya premiada en Canadá por su conmovedor papel en Profesor Lazhar (2012)- a la que se pide ser la protagonista de los 9 a los 17 años. Y luego, Geoffrey Rush, el padre que abre la puerta al segundo mundo, el de los libros.

La música del veteranísimo John Williams es otro punto fuerte de esta producción. Alejado de las grandes composiciones sinfónicas de otras películas, escribe una partitura lírica, intimista, con gran protagonismo del piano, que se adapta perfectamente a la esencia de la historia.