Amadeus (1984), de Milos Forman (parte 2): Historia y leyenda en el filme

Amadeus (Milos Forman, 1984) | No es de extrañar, por tanto, que Salieri sufriera una repentina y celosa animadversión con la llegada de Mozart: porque, con sus genialidades musicales, aquel adolescente juguetón empezaba a robarle la admiración de la Corte.

Antonio Salieri era el quinto hijo de un mercader italiano que se preocupó más de sus negocios que del innato talento de sus hijos. Como se ve en la película AmadeusAntonio tuvo que aprender a escondidas; pero en 1765 —tiene entonces quince años— muere su padre repentinamente y una mano amiga le lleva a Venecia y puede por fin estudiar con los maestros.

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Protegido por Florian Gassman, se traslada a la corte vienesa; y, con sólo veinticuatro años, llega a ser Compositor de la Corte y Director de la Orquesta Imperial. No es de extrañar, por tanto, que Salieri sufriera una repentina y celosa animadversión con la llegada de Mozart: porque, con sus genialidades musicales, aquel adolescente juguetón empezaba a robarle la admiración de la Corte. Salieri, sin embargo, no era la «mediocridad» que él afirma ser en el filme de Forman. Maestro de BeethovenSchubert Liszt, tenía entonces una merecida reputación como compositor. Su problema fue queMozart llegó mucho más allá que él. Y mientras su música se perdía en tan solo diez años, la de Mozart crecía en cada generación sin debilitarse.

Fácilmente se comprende que Salieri no fue el único enemigo de Mozart. Otros muchos intrigaron contra él; y Mozart, que siguió siendo un niño en muchos aspectos de su vida, mostró una gran candidez respecto a las trampas que le tendían otros. Como señala su primer biógrafo Niemetschek (1798), «mientras estuvo al servicio de José II, sus enemigos —especialmente antes y después de su muerte— levantaron grandes calumnias sobre él. Estos rumores le impresionaron tanto al monarca que él, que nunca escuchó el otro lado de los hechos, quedó siempre mal dispuesto hacia Wolfgang».

Salieri contra Mozart

Tras el intento de Salieri de suicidarse (noviembre de 1823), toda Viena centró las intrigas contra Mozart en la figura del músico italiano. Recordaban —y esto parece comprobado— que él había tratado de reventar algunos estrenos de Wolfgang; sobre todo, el de Las bodas de Fígaro (tal como se recoge en el filme Amadeus). Por eso la teoría del envenenamiento de Mozart a manos de Salieri se extendió con rapidez. Beethoven, entonces anciano y convaleciente, que era discípulo predilecto de Salieri, sufrió mucho con la noticia. En sus Cuadernos de Conversación se recogen varias referencias suyas a Salieri; como ésta de enero de 1824: «Salieri está otra vez muy mal. Está realmente deshecho. Tiene fantasías de ser el responsable de la muerte de Mozart y de haberle envenenado. Esto debe ser verdad, porque él quiere confesarlo…».

Pocos meses después, a mediados de 1825, moría el compositor italiano en medio de una Viena hostil e indiferente hacia su música. El rumor seguía creciendo. Y así, no era de extrañar que tan solo cinco años más tarde, en 1830, el escritor ruso Alexander Puschkin llevara a la escena la leyenda del envenenamiento en una obrita teatral que tituló, significativamente, Mozart y Salieri.

Con todo, la leyenda más importante que recoge el filme es el encargo del Requiem por un hombre oculto tras una máscara negra, cuya identidad Mozart desconocía. La historia se sabía desde poco después de su muerte; pero el misterio de ese encargo permaneció velado hasta que, en 1964, el musicólogo Otto Erich Deutsch sacó a la luz un largo y revelador manuscrito redactado por un secretario particular del Conde Franz von Walseg. El manuscrito contaba las veleidades de su vanidoso amo, quien se las daba de compositor y gustaba sorprender a familiares y amigos con piezas que —escritas por otros músicos— él hacía pasar por suyas a cambio de una remuneración.

En febrero de 1791 falleció la mujer del Conde; y éste, que la adoraba, proyectó celebrar una impresionante Misa de Requiem para su primer aniversario. Con este fin, en julio de 1791 envió a uno de sus criados para que, de forma discreta y misteriosa, encargara el Requiem Mozart y le visitase de vez en cuando para seguir su marcha.

El Amadeus teatral y el hombre de la máscara

Conocedor de estos descubrimientos, y tras leer todo lo publicado sobre Mozart (incluidos tres volúmenes inmensos de cartas), el dramaturgo inglés Peter Shaffer escribió una impresionante obra teatral, Amadeus, que fue estrenada en Londres en 1979. El famoso Actor Paul Scolfield, oscarizado por su interpretación de Tomás Moro, fue quien por primera vez dio vida al personaje de Salieri. En esta obra, la leyenda presenta tres grandes innovaciones que a la par parecen desarticularla y reforzarla:

1. Por una parte, deja a un lado la hipótesis del envenenamiento físico, pero sugiere un «envenenamiento moral» de Mozart por un Salieri calculador y astuto que sabe muy bien cómo manipular los diversos complejos de aquel genio infantiloide: muerte de su padre, identificación de su vida libertina con la de Don Giovanni, supuesta crisis matrimonial (algo que nunca existió en la realidad).

2. Por otro lado, Shaffer se inventa un «pacto» entre Salieri y Dios que funciona dramáticamente a las mil maravillas. Jugando con datos históricamente ciertos, crea una situación propicia para reflexionar sobre sus temas preferidos: la envidia del mediocre, la incoherencia de los genios, el enfrentamiento de la criatura frente a su Creador.

3. Por último, Shaffer exagera también el carácter irresponsable y grosero de Mozart, y llega a convertirle en un gamberro zafio y medio estúpido, de lenguaje deliberadamente obsceno.

Amadeus es una pieza de gran introspección psicológica que triunfa prodigiosamente en Londres. Su éxito llega a ser tan sonoro y prolongado que en 1981, mientras prosiguen las representaciones londinenses, se lleva a Broadway en una versión ligeramente retocada, y allí triunfa también de un modo arrollador.

El nuevo SalieriIan Mckellen, es ahora más joven y dubitativo: una versión bastante fiel, pero acomodada al público americano, del drama de Shaffer. En una tercera versión del libreto (1983) el dramaturgo refuerza el enfrentamiento entreSalieri y Dios y suaviza el carácter grosero del lenguaje mozartianoMozart es interpretado ahora por Tom Hulce, quien encarnaría ese mismo papel en la película de Forman. Tras esta última revisión, el drama teatral queda definitivamente fijado. Pero, para entonces, Shaffer ha empezado a escribir ya el guión cinematográfico de esa obra, por encargo directo deMilos Forman. Y aquella aventura de reescribir su propio drana, que le llevará a compartir con el director checo cuatro meses en su rancho de Conecticut, se convertirá en su más lacerante pesadilla.

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