La ventana indiscreta: Esencia cinematográfica

El cine sevillano ha recuperado un clásico entre los clásicos: la gran pantalla del Avenida ha acogido estos días La ventana indiscreta, quizás la película más redonda de Alfred Hitchcock. El genio inglés desahogó en ella todo el cine que llevaba dentro, dando rienda suelta a sus conocimientos formales. El argumento se centra en un fotógrafo postrado en su casa que, por un accidente, mata el tiempo mirando a sus vecinos por la ventana. Sólo le alivian, de tanto en tanto, la soledad, su novia, una enfermera y un policía. En una de sus escapadas visuales por el vecindario es testigo de la extraña actitud de un hombre con su mujer. Decide investigar hasta que llega a la conclusión de que dicho personaje intenta ocultar un asesinato.

La información del protagonista, y por tanto del espectador, es fundamentalmente visual. De las casas cercanas apenas llega algún sonido inarticulado. Lo que hay es vida en movimiento, que muestran las ventanas abiertas por el calor del verano neoyorquino. Y una cámara que se esfuerza por darle sentido, con un sublime juego de luces y, sobre todo, planos diferentes.

- Anuncio -

El resultado es diferente, impactante, sensacional. Además, Hitchcock, que entendió también como nadie las necesidades comerciales del séptimo arte, adereza su experimento con magistrales gotas de un encanto menos formal.

Así, la pareja James StewartGrace Kelly tiene más química que un laboratorio farmaceútico, y el ritmo -con el famoso suspense que nadie ha sabido manejar como él- es sencillamente perfecto. Tampoco falta, además, la clara metáfora de la ventana con el cine, del que se pueden extraer largas conversaciones más o menos bizantinas.

Pero lo fundamental de esta obra maestra está más allá, en lo alto de ese nuevo lenguaje de imágenes en movimiento que nació con este siglo XX recién fallecido. Puro cine.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (Rear Window, 1954)
  • Fotografía: Robert Burks
  • Montaje: George Tomasini 
  • Música: Franz Waxman
Suscríbete a la revista FilaSiete