Eva al desnudo, de Joseph L Mankiewicz | Parte 1: Orígenes de la historia

· La autora del relato es la actriz y escritora Mary Orr, quien al parecer basó en un recuerdo personal el núcleo de esta historia.

El guionista y director Joseph Leo Mankiewicz, nacido en Wilkes-Barre (Pensylvania) en 1909, era el menor de tres hermanos de una familia alemana -de origen polaco y letón- que habían emigrado a Estados Unidos a finales del siglo XIX. Desde que era un adolescente, el futuro cineasta siempre estuvo interesado en el mundo del teatro. Decenas de piezas teatrales, tanto comedias como tragedias o dramas -y un buen número de biografías de dramaturgos- llenaron durante décadas las estanterías de su biblioteca. Su interés primordial, sin embargo, se centraba no tanto en las piezas dramáticas como en los habitantes de ese extraño submundo: actores, directores, escritores, críticos teatrales… Con frecuencia pensó en la posibilidad de escribir y dirigir una película que contase la historia de una gran actriz que llega al cénit de la fama. Su idea era empezar con una escena intimista, durante los preparativos en su camerino, justo la noche en que recibe un gran premio, y a partir de ahí recorrer en flashback su oscuro pasado.

El premio como metáfora

Por otra parte, Mankiewicz estuvo también interesado en el valor mismo del premio como símbolo de la codicia y de la intriga, algo por lo que alguien sería capaz de mentir e incluso de vender su alma al diablo, como señaló tiempo después en una entrevista: «Pensaba en el premio como valor dramático, en la idea de que, junto al arribismo, la maquinación y la falta de escrúpulos que a veces conlleva su logro -y a la postre, la extrañamente efímera gratificación que produce-, con frecuencia el hecho de obtenerlo puede ir seguido, como mecanismo reactivo, de un cierto período de depresión». Mankiewicz siempre pensó que esa idea general de su relato necesitaba algún punto de originalidad narrativa que hiciera su historia diferente al resto, pero no lo encontró por entonces y decidió abandonar su proyecto.

Así estaban las cosas cuando el story editor asociado de la Twentieth Century Fox, James Fisher, pasó al joven guionista un breve relato que volvería a poner en primer plano el viejo sueño de Mankiewicz.

Una historia verdadera

El relato en cuestión se titulaba The wisdom of Eve (La sabiduría de Eva), y centraba el foco de la narración en Eva Harrington, una joven aspirante a actriz que logra ganarse la simpatía de Margola Cranston, una consagrada actriz de Broadway felizmente casada. A la vez que aparenta una total devoción por Margola, Eva maquina en la sombra su carrera al éxito, se gana también el afecto del marido de aquella -que en el relato aparece como un atildado director británico-, y acaba por intentar suplantarla tanto en el escenario como en su vida matrimonial. Aunque sus intrigas fracasan, Eva consigue el papel protagonista de una nueva pieza teatral escrita por Lloyd Richards, el dramaturgo favorito de Margola, quien seducido por Eva acaba por abandonar a su mujer Karen, también actriz y amiga íntima de Margola.

La autora de tan enrevesado relato es la actriz y escritora Mary Orr, quien al parecer basó en un recuerdo personal el núcleo de esta historia. Según recuerda en sus memorias, su marido -el director y dramaturgo Reginald Denham– estaba representando en Broadway The two Mrs. Carrolls durante la temporada 1943-44 cuando ambos conocieron y trabaron amistad con una estrella del espectáculo, Elisabeth Bergner, y su marido Paul Czinner. Una noche en que los cuatro salieron a cenar, Bergner les contó cómo ella y Czinner habían conocido a una joven actriz carente de escrúpulos, con la que habían simpatizado y que había hecho todo tipo de maquinaciones con tal de conseguir el papel protagonista en su nueva producción teatral.

El cuento literario

Mary Orr se dio cuenta de que aquella historia podía convertirse en un relato breve de los que solían publicar revistas de gran éxito en aquel entonces, como Readers Digest. Lo escribió en muy poco tiempo, inspirándose en algunas intérpretes del momento: «El personaje de Eva -recuerda la escritora- surgió como una combinación de varias jóvenes actrices que yo conocí en aquella época, incluida una buena parte de mí. Por alguna razón, todo el mundo piensa que está basada en una mujer real, y así es, pero no una en singular, sino varias en su conjunto». Una vez terminado, y tras numerosas vacilaciones, consiguió publicarlo en Cosmopolitan en mayo de 1946. Meses después lo envió a los grandes estudios con intención de conseguir una opción de compra, pero ninguno prestó la más mínima atención. Al parecer, el hecho de que Eva fuera un personaje totalmente cínico y sin escrúpulos, que al final se sale con la suya sin castigo alguno, fue determinante para que las grandes compañías rechazasen la posibilidad de adaptarlo para la pantalla.

La emisión radiofónica, un éxito

Ante esta negativa, Mary Orr decidió reescribir su historia para la radio, en un drama sonoro que fue producido por la NBC y emitido por las ondas el 24 de enero de 1949. Claudia Morgan interpretaba el papel de la actriz consagrada, y Marilyn Erskine el de la protegida que intenta suplantarla.
Con el éxito de la emisión por radio, James Fisher volvió a leer The wisdom of Eve en la primavera de 1949. Llamó entonces la atención de Mankiewicz sobre este relato, toda vez que este guionista se había ganado el favor del público con su peculiar acercamiento a la psicología femenina en Carta a tres mujeres (1949). A Mankiewicz le encantó el personaje de Eva: era intrigante, cautivador y altamente paradigmático de lo destructiva que puede ser una mujer cuya astucia no se detiene ante nada. Además, le permitía retomar aquella vieja idea de revivir en flashback la biografía de una actriz, comenzando la historia en la noche que va a recibir un preciado galardón. Por todo ello, decidió escribir esa historia.

Eva al desnudo (1950), de Joseph L Mankiewicz (parte 2)

Eva al desnudo (1950), de Joseph L Mankiewicz (parte 3)

Eva al desnudo (1950), de Joseph L Mankiewicz (parte 4)

Eva al desnudo (1950), de Joseph L Mankiewicz (parte 5)

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