Star Wars – La guerra de las galaxias (1977), de George Lucas (parte 3): Hacia el guión definitivo

La primera versión que escribió (la sinopsis de 13 folios) estaba fechada en mayo de 1973 y se titulaba The Star Wars.

Cuando Lucas comenzó a desarrollar su guión, comprendió que se trataba de una historia muy compleja. Sobre todo fue consciente de que iba a tener que escribir varias veces la misma historia hasta dar con la forma definitiva. Lo que no imaginaba era todo lo que iba a evolucionar la trama y los personajes en los diversos borradores.

El primer tratamiento de la historia

La primera versión que escribió (la sinopsis de 13 folios) estaba fechada en mayo de 1973 y se titulaba The Star Wars. El argumento arrancaba con el abordaje espacial emplazado en el siglo XXXIII, en la órbita de un planeta azul verdoso denominado Aquilae. Una princesa rebelde, cuyo nombre no se menciona, es perseguida por el malvado Imperio Galáctico mientras se dirige al planeta Ophuchi, y junto a ella viajan el general Luke Skywalker, que aparece como un superhéroe con aire de samurái, y dos sirvientes burócratas. Tras un aterrizaje accidentado, la nave llega a Aquilae y el grupo de perseguidos debe atravesar el planeta para alcanzar el puerto espacial de Gordon (Mos Eisley en la versión final). En su camino reclutan a una banda de jóvenes rebeldes que se unen a la misión.

En una cantina de Gordon se desata una pelea y Skywalker usa por primera vez su espada láser. Poco después el grupo cae en la trampa que le tiende un malvado capitán espacial (el futuro Han Solo), pero consiguen hacerse con su nave y escapar del cerco. Perseguidos por patrullas imperiales, intentan esconderse detrás de un asteroide, pero la nave ha sido gravemente dañada y caen en picado hacia el planeta de Yavin. Una vez allí se encuentran con unos alienígenas peludos (antecedentes de Chewbacca), que son aliados del Imperio y entregan a la princesa y a los dos sirvientes a la guardia imperial. De allí son trasladados al planeta Alderaan, corazón del Imperio galáctico, pero Skywalker y los muchachos rebeldes, que han conseguido escapar, siguen al convoy, se introducen en Alderaan y rescatan a la princesa. La llegada de los héroes a Ophuchi y el recibimiento triunfal con la princesa constituye el final de la historia.

La sinopsis es muy diferente a la versión final, pero contiene ya algunas de las secuencias más importantes: la escena inicial con el abordaje durante el vuelo; el encuentro en la cantina, llena de extraños alienígenas; las batallas espaciales; la misión de rescate de la princesa en territorio enemigo; y el regreso triunfante de los héroes como épico desenlace final.

Otros elementos están también presentes, aunque sólo de forma velada. Así, el alivio cómico de la historia proviene aquí de dos sirvientes humanos en vez de dos androides. Y personajes como Han Solo y el Wookie (e incluso los habitantes de Tautun, de El imperio contraataca) aparecen en la trama, pero innominados y no precisamente amigables. La juventud y la inocencia de los adolescentes rebeldes serán trasladadas luego al personaje de Luke en futuras revisiones de la historia. Y nombres muy familiares, como Alderaan, Yavin, etc., están ya en el borrador, pero experimentarán una honda transformación en el largo viaje hasta el guión definitivo.

Lo más sorprendente es la casi completa ausencia de elementos míticos. La fuerza, la naturaleza épica y mitológica del héroe, la relación casi artúrica entre el mentor y su pupilo… nada aparece en el primer universo de Lucas. El personaje del general Skywalker aúna la valentía del guerrero con la sabiduría del mago (desdobladas luego en Luke y Obi-Wan, respectivamente), pero esa síntesis lo convierte en una figura mucho más cercana a la del samurái japonés -hacia la que Lucas sentía una viva admiración- que a la que finalmente veremos en el protagonista de la saga.

Campbell y el mito del héroe

En la posterior transformación de este argumento influyeron varios factores. Quizás el más importante fue la lectura, en los últimos meses de 1973, de varias obras del antropólogo Joseph Campbell. Lucas devoró sus reflexiones sobre los orígenes del mito y los diversos motivos literarios universales. Mucho le influyó la lectura de El héroe de las mil caras, que estudia la naturaleza mitológica común a todas las culturas y establece los principales arquetipos en el recorrido del héroe: el anciano mago bueno, el joven que inicia la aventura, el señor del mal que urde su caída. Incluso determina algunas tramas específicas, como la búsqueda de un objeto mágico o la búsqueda del propio padre.

Mientras tanto, y con toda la escritura de esos meses, en la primavera de 1974 Lucas se dio cuenta de que la historia desbordaba ya el marco de una sola película. Su guión inacabado superaba ya las 200 páginas, y comprendió que sólo con el primer acto de la historia tenía ya material para su película. Había escrito sin parar durante más de un año y no quería desprenderse de tanto esfuerzo invertido, por lo que en el verano de 1974 tomó la resolución de hacer tres películas, una con cada uno de los tres actos. No sabía cómo las llevaría a término, pues pensaba que la Fox no le daría más dinero para secuelas, pero se determinó a escribir La Guerra de las Galaxias como una saga de tres argumentos consecutivos.

Además, y como parte de su tarea creativa, Lucas fue escribiendo también la historia pasada de todos los personajes (Darth Vader, Obi-Wan, Luke Skywalker, Princesa Leia, Palpatin) con el propósito de comprender mejor la relación de todos estos personajes. Y de ahí surgió la idea de que Vader podría haber sido el padre de Luke y de Leia, y de que Lord Vader y Obi-Wan habían sido grandes amigos -en una relación de aprendiz y mentor- unos veinte años antes de que comenzara su historia. De todo ese material, con el tiempo, surgirían las tres «precuelas» o historias precedentes a la trilogía de las galaxias: La amenaza fantasma (1999), El ataque de los clones (2002) y La venganza de los Sith (2005).

El 28 de enero de 1975, George Lucas firma su segundo borrador, que resulta mucho más cercano a la historia que todos conocemos. Esta versión, titulada «Adventures of the Starkiller (Episode one)», contiene muchos más elementos míticos que la versión definitiva, e incluye también una completa información de toda la saga intergaláctica. En los títulos iniciales se nos dice que la República Galáctica fue fundada en un pasado remoto por un hombre eminente llamado Skywalker. Él descubrió la «Fuerza», definida como un campo de energía que influye en el destino de todas las criaturas. La Fuerza se compone de dos mitades, una buena llamada «Ashla», y otra mala llamada «Bogan». La primera contactó con Skywalker y le hizo sabio y poderoso, pero éste se dio cuenta de que los débiles podían ser seducidos por la otra mitad, y decidió transmitir su conocimiento tan sólo a doce jóvenes, los cuales lo transmitirían a sus hijos y constituirían la Comunidad Jedi de Ashla.

Durante cien mil años, los Caballeros Jedis fueron los protectores de la República, pero al crecer ésta el Gran Senado que regía su destino cayó bajo la influencia de las multinacionales y el Gremio de los Transportes. El ahora corrupto Senado persiguió a los Caballeros Jedis, que tuvieron que huir a los puntos alejados de la galaxia. Tras impulsar el desorden social, corromper la justicia y ayudar a los terroristas, el Senado manipuló a los súbditos para que aceptasen un estado policial. Y así nació el Imperio.

El 1 de mayo de ese año, Lucas culmina su tercera versión, que resulta mucho más dinámica y llena de aventuras que la precedente. Finalmente, el 1 de enero de 1976 se fecha la cuarta y última versión de la historia, con una revisión posterior y numerosas reescrituras durante la fase de producción. Su estructura y contenido es ahora muy cercana a la película, incluyendo el famoso rótulo inicial: «En una galaxia muy, muy lejana…».

Lo más destacado de esta última versión es la transformación del argumento en una historia de aventuras. El exceso de información sobre el pasado de la galaxia se ha eliminado o mencionado de forma críptica. La Fuerza se ha convertido en un enigma, y los orígenes de los caballeros Jedis, la caída de la República, etc., se ven envueltos en una aureola de misterio. Algunos seguidores quizás lo lamenten, pero el guión es ahora más claro y atractivo, y permite un progresivo conocimiento de toda esa historia en las dos secuelas que Lucas tiene ya en mente. A estas alturas, el director piensa también en una posible trilogía anterior a esta saga.

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