11 de septiembre (11’09»01)

11 de septiembre (11’09»01): Visiones

11 de septiembre (11’09»01) | La ola de patriotismo que desencadenó el ataque a las Torres Gemelas y al Pentágono provocó un cambio en la concepción del cine americano. Las escenas de explosiones, de ataques terroristas o la imagen de las Torres Gemelas fueron eliminadas de las pantallas, preservando un luto casi ideológico.

Un año después, Nueva York recupera su posición como plató del mundo. Los festivales de Venecia, Toronto y nuestra reciente Seminci de Valladolid mostraron esta película integrada por 11 trabajos de sendos directores, que se mueven entre la piedad hacia las víctimas de la tragedia y una acusación soterrada contra Washington por su política internacional. Lo acontecido en el 11-S y sus consecuencias son la inspiración común de los cineastas, que contaron con total libertad artística, en fondo y forma, siempre con la limitación temporal.

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No deja de ser curioso y muy significativo el punto de vista que adoptan los directores, a los que se les identifica con su país de origen. Mientras el egipcio Yusef Chahine recurre a un diálogo acusatorio con un marine americano, desde Burkina Faso Idrissa Uedraogo presenta la simpática y entrañable mirada de unos niños capaces de solidarizarse ante la tragedia (quieren atrapar a Bin Laden). Samira Majmalbaf también adopta la mirada ingenua de la infancia, curtida por el desaliento y la sequedad de la tierra de Irán.

Entre el apoyo y la crítica se posicionan las cintas de Mira Nair, Danis Tanovic y Ken Loach. Tanto el laureado cineasta británico como el reconocido Tanovic se solidarizan con el recuerdo de otras tragedias ocurridas y casi olvidadas, la chilena de 1973 y la todavía cercana guerra de Serbia. Su crítica se dirige al olvido social. En cambio, Mira Nair reacciona ante una opinión pública confundida, capaz de sacrificar a sus integrantes.

La visión poética viene de la mano de Sean Penn y Shohei Imamura. El representante americano opta por la parábola, la luz y la sombra de una vida solitaria. Un desaliento que también encierra el cortometraje Site, de Jasón Kliot. Con un cuento donde prima la sensibilidad, Japón apela a la historia y a la tradición de su país con la idea de que “ninguna guerra es sagrada”. Una historia más íntima que no abandona el lirismo de las anteriores es la del francés Claude Lelouch. El director visualiza el silencio con una capacidad dramática espectacular. Por su parte, el mexicano Alejandro Iñárritu funde a negro, mostrando un desgarro sonoro convirtiéndose en un ejercicio cinematográfico.

Ante el bombardeo y saturación informativa de la tragedia americana, 11-S se aleja del morbo y del sensacionalismo. Son miradas, sensibilidades y compromisos que se alzan como un reclamo de verdad, en un mundo que inevitablemente gira ante una América herida.