El Molino y la Cruz: una historia de muchas historias

El Molino y la Cruz. Esta película es la historia de la fascinación del polifacético artista Lech Majewski por los cuadros de Bruegel el Viejo, sobre todo Camino del calvario, por el que tantas veces «ha transitado» en el museo Kunsthistorisches de Viena; la historia que narra el cuadro: la pasión de Cristo ambientada en la ocupación española de Flandes, en 1564; y la vida de una docena de personajes que componen la escena, muchos de ellos escogidos de entre los propios condenados.

Todas estas capas narrativas componen una creación fascinante, mitad pintura y mitad imagen en movimiento que requiere una mirada contemplativa y paciente que se deje guiar por las explicaciones del propio Bruegel, interpretado por Rutger Hauer. No es una película fácilmente digerible por un público medio. Gustará a amantes del arte y del pintor holandés, a visitantes de museos, a sensibilidades exquisitas. Y sin embargo, algo universal tiene cuando ha sido comprada por cuarenta países: que es en sí una obra de arte y un ejercicio técnico más que notable.

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El Molino y la Cruz: «Voy a trabajar como la araña…»

«Mi pintura va a contar muchas historias -dice Bruegel a su amigo y coleccionista Nicholas Jonghelinck-. Debe ser suficientemente grande como para abarcarlas a todas. (…) Voy a trabajar como la araña que he visto esta mañana construyendo su tela. Primero debo encontrar un punto de anclaje. Aquí, el corazón de mi tela de araña… Mostraré a nuestro Salvador llevado al Gólgota por la milicia española de casacas rojas. Aunque está en el centro de mi cuadro, debo esconderlo al ojo (…) Porque es lo más importante».

Y eso mismo va haciendo Majewski con su película. Se adentra en ese mundo de inmensa vitalidad al que es invitado y nos muestra aquí el árbol de la vida, allá el de la muerte, con la rueda donde yace uno de los condenados. En medio, Cristo con la Cruz, caído en el suelo y casi oculto, sello de las obras de Bruegel. Alrededor todos esos personajes, cada uno con su vida cotidiana. Detrás el gran molino que, como Dios, detiene y reanuda el curso de los acontecimientos alargando la escena del cuadro hasta la crucifixión y muerte y descendimiento de Cristo.

Majewski, poeta, escultor, pintor y videoartista de prestigio, además de cineasta, ha estudiado esta  pintura de Bruegel y ha analizado hasta siete perspectivas existentes, lo que le he llevado a trabajar con una técnica muy compleja, «cortando los planos a capas, como si fueran rebanadas de pan», según él mismo explica.

Ha cuidado al detalle el colorido y la indumentaria de la pintura flamenca del siglo XVI, la disposición exacta de los personajes, y los ha estampado en paisajes similares o ha utilizado técnicas digitales por ordenador para recrearlos, en un minucioso trabajo de postproducción, que llega al colmo en la escena de las escaleras interminables del interior del molino.

La mezcla de técnica clásica y tecnología digital unida a un ritmo muy lento, casi meditativo, y a la ausencia de diálogos, obliga al espectador que se decide a contemplarla a zambullirse en la pintura.

Ficha Técnica

  • Lech Majewski, Adam Sikora
  • Montaje: Eliot Ems, Norbert Rudzik
  • Lech Majewski, Józef Skrzek
  • Distribuidora: Aquelarre
  • 92 minutos
  • Mayores de 16 años (V-X-)
  • Estreno: 14/12/2012

Polonia, Suecia. (The Mill and the Cross).  2011

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Reseña
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Periodista. Máster en Guion, Narrativa y Creatividad Audiovisual por la Universidad de Sevilla