La conspiración: Relecturas comprometidas

Redford vuelve, tras Leones por corderos, con un film inteligente, sobrio y muy comprometido.

El último film de Robert Redford puede despertar a priori cierto recelo. Ambientado tras la Guerra de Secesión, La conspiración co­mienza su narración con el asesinato de Abra­ham Lincoln y centra su atención en el cues­tionable juicio mediático consiguiente. Sin embargo, lejos de dotar a su discurso de un patriotismo ramplón y manido, Redford confiere a su propuesta una sobriedad y con­tención admirables. Siempre crítico con las pautas de actuación del gobierno esta­do­unidense, el cineasta otorga al film una inu­sitada contemporaneidad al denunciar prác­ticas, vacíos legales y triquiñuelas que hoy siguen marcando el panorama político y cuya mejor representación se encuentra en Guantánamo.

La conspiración opera así en un doble fren­te: como revisión minuciosa de un pasa­do oscuro y desconocido, y como crítica so­bre un presente estancado en los mismos erro­res. Los chivos expiatorios cambian, pe­ro la necesidad de buscar un cabeza de turco, un símbolo en el que verter todo el odio y sed de venganza acumulados, siguen intac­tos.

Redford juega sus cartas con inteligencia tomando como base el documentado y bien urdido guión de James D. Solomon, quien debuta en la escritura cinematográfica con este trabajo. Con la base ofrecida por Solomon -un minucioso relato elabo­ra­do a lo largo de dieciocho años-, el largo­me­traje usa todos y cada uno de sus recur­sos para poner en evidencia el oportunis­mo po­lítico que marcó el caso, completa­mente des­conocido para el norteamericano medio ac­tual.

Con una hermosa fotografía de Newton Thomas SigelSospechosos habituales, X-Men 2– y un montaje eficaz y sencillo, el últi­mo film de Redford despunta nuevamente por la elección de su elenco actoral. Pe­sos pesados de la escena interpretativa co­mo Colm Meaney, Tom Wilkinson, Robin Wright y un magnífico Kevin Kline, apare­cen arropando a los nuevos valores de la esce­na anglosajona como James McAvoy, Evan Rachel Wood o Toby Kebbell.

Conmovedora, contenida, inteligente y audaz, La conspiración es un film imprescin­dible no sólo por su revisión histórica y su denuncia velada, sino porque es nuevamen­te la confirmación de que Robert Redford sigue siendo uno de los grandes va­lores del cine norteamericano.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Newton Thomas Sigel
  • Montaje: Craig McKay
  • Música: Mark Isham
  • País: EE.UU.
  • Año: 2011
  • Duración: 122 m.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: DeAPlaneta
  • Estreno: 2.12.2011

The conspirator

Suscríbete a la revista FilaSiete