La mina: Caín, Abel y el cíclope de Ulises

· La mina | Las películas de Miguel Ángel Jiménez tienen valores de producción y temas de largo recorrido pero el director abarca demasiadas tramas y las resuelve de manera impulsiva.

Miguel Ángel Jiménez tiene un serio problema con la narrativa de sus películas. Le pasó en Chaika y Ori y vuelve a ocurrirle otra vez. Y es una pena que no se lo haga mirar porque podría ser un buen realizador y superar la mediocridad en la que se está instalando en su tercer film.

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El director español es ambicioso en los retos que se plantea -no resulta cómodo ni fácil rodar en Siberia, Kazajstán o Georgia, ni tampoco hacer pasar Asturias y el País Vasco por Kentucky-, elige bien a los actores  y cuenta con una extraordinaria fotografía. En este film, además, ha puesto a actuar por vez primera a Matt Horan, líder del grupo musical country Dead Bronco, que aporta cinco canciones originales a la banda sonora.

Sus películas cuentan con valores de producción, que han merecido el respaldo de TVE y la Warner, y temas de largo recorrido como las relaciones familiares, pero no ata bien las historias, abarca demasiadas tramas y las resuelve de manera impulsiva.

Una misteriosa y sórdida relación familiar constituye el eje de esta historia de suspense situada en un pueblo minero de las montañas al Este de los Estados Unidos, donde regresa Jack Mainfield, exconvicto, con la intención de recuperar el amor de su mujer y su vida familiar. Para ello, acepta la oferta de su hermano Mike, predicador del pueblo, de vigilar la mina abandonada en que trabajó su padre, donde comienzan a ocurrir cosas extrañas.

La mina arranca con una secuencia de terror, a modo de prólogo, que ofrece las claves de la historia, para después dedicar gran parte del metraje al drama familiar de Jack con puntuales  fogonazos de suspense en las escenas de la mina. Solo a la mitad de la película se retoma el género, aunque se vuelve a perder, y esta indefinición, unida a la falta de profundidad de los personajes, además de desconcertar, lastra el ritmo y erosiona la credibilidad.

La película podría haber funcionado como thriller y como drama familiar, pero a caballo entre ambos géneros es un desastre que se agrava con los guiños reconocibles a películas como El resplandor, La escalera de Jacob, Deliverance, Fat City, La noche del cazador, Las colinas tienen ojos o La matanza de Texas, mezcladas con la historia de Caín y Abel y la matanza del cíclope en La Odisea de Homero. Too much.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Gorka Gómez Andreu
  • Montaje: Iván Aledo
  • Música: Luis Mendo
  • Duración: 94 min.
  • Público adecuado: +18 años (VXD)
  • Distribuidora: Vercine
  • España (The night watchman), 2016
  • Estreno: 29.7.2016
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Reseña
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Periodista. Máster en Guion, Narrativa y Creatividad Audiovisual por la Universidad de Sevilla