10 razones para ver Belfast, de Kenneth Branagh
Maravillosa. No suelo usar ese calificativo. Belfast, de Kenneth Branagh, se estrenó en cines el pasado 28 de enero y opta a 7 premios Oscar (película, dirección, actor de reparto –Ciarán Hinds-, actriz de reparto –Judi Dench-, guion original, canción y sonido). Tras la crítica, nombro ahora 10 motivos de su grandeza:
1. Un guion muy inteligente, con un punto de vista poderoso y una tremenda potencia evocadora. Sin sensiblería ni lugares comunes. Lo que cuenta es muy difícil de contar y lo hace en 98 minutos. Por fin, un director con agallas para no irse de metraje. Enorme Branagh.
2. Caitriona Balfe. Simplemente inolvidable. A Ford le habría encantado. Con eso lo he dicho todo.
3. La música de Van Morrison.
4. El recital fotográfico del chipriota Haris Zambarloukos. Desde los planos generales a los planos detalle. Los elementos de repetición que sirven como rimas visuales.
5. El ritmo arrollador del montaje que logra Úna Ní Dhonghaíle.
6. Los discursos del vestuario de Charlotte Walter.
7. El logro extraordinario que supone que Jaimie Dornan no moleste. Eso solo está al alcance de un director de actores portentoso.
8. El tempo interno de las secuencias en las que el niño (prodigioso Jude Hill) comparte plano con sus abuelos.
9. La película es esencial y tiene una fluidez portentosa. Te la bebes sin respirar.
10. Belfast dura 98 minutos: 98′ en estos tiempos de desmadre demencial en los metrajes… Kenneth Branagh logra que cada minuto cuente. No hay rellenos.