Festival de Cannes 2022: Tchaikovsky’s Wife y parecidos razonables
Cannes tiene un curioso efecto en la mente del crítico. En ocasiones las películas descubren una ligazón invisible que las conecta misteriosamente. ¿Qué tienen en común un maderero finlandés llamado Pepe, la mujer de Tchaikovsky y una niña hipersensible?
En principio nada. Son tres personajes diferentes de tres películas totalmente desconectadas. Previsiblemente el Festival de Cannes es eso, mucho cine distinto de países diversos y sensibilidades opuestas. Variedad y globalización.
Por el contrario, misteriosamente, cada edición del Festival desarrolla un discurso propio que suele descifrarse a través de un curioso juego del revés. Las películas parecen una cosa pero dicen otra.
En Cannes 2022, The Woodcutter Story –opera prima finlandesa- parece una comedia; Tchaikovsky’s Wife -cinta rusa- parece un biopic; por último Alma viva -producción portuguesa- aparenta contar una relación entre nieta y abuela. Todas empiezan con una expectativa, que se frustra. Son historias de cambio, algo fundamental para distinguir una película de un telefilm.
El peso pesado del día era la película del director disidente ruso Serebrennikov, menos inspirado que en Leto en cuanto a la unidad estilística, pero igualmente contundente en el uso de una historia del pasado para criticar la locura del predio de Putin.
El peso medio era Alma viva, que trasciende el punto de partida y se llena de fantasía. Es imprevisible y a veces algo descontrolada, ahí reside su capacidad de seducción.
El peso ligero quizás supone la apuesta ganadora. The Woodcutter Story, la historia de Pepe, el maderero que pierde su trabajo, es hoy por hoy la película sorpresa del Festival. Su director Mikko Myllylahti sorprende con una apuesta kamikaze. “Me lo he tomado como si fuera mi primera y última película”, ha dicho en la presentación. Es su ópera prima, aunque ya se había estrenado como guionista en la también premiada El día más féliz en la vida de Olli Mäki (2016), que ganó A Certain Regard.
Espléndidamente fotografiada en 35mm a dos perforaciones -como desvela el experto Joaquín Asencio-, la cinta no deja de sorprender con su propuesta entre fantástica y sardónica. Hay de todo: homenajes a Lynch y Kubrick, citas de Bergman… Parecería que con un pedigrí tan austero primaría la gravedad y es una comedia negra con momentos de ternura.
Hay alegoría y es una película que no deja indiferente, todo lo que habría de pedirse a un filme de Festival, que sorprenda, que atrape y que divida a la crítica. A veces, hay cintas como Tchaikovsky’s Wife hechas para epatar que sin embargo apenas sorprenden, como ha ocurrido en Cannes 2022. Y otros filmes, inesperados y humildes, consiguen conmover. Es el caso de la clara candidata finlandesa al premio de Camera d’or, un galardón al que aspiran los elegidos del Festival. El premio que se otorga a la mejor ópera prima y consiste en una participación en la Sección Oficial de la segunda película del ganador. Este año la presidenta del Jurado es Rossy de Palma, que sin duda dirigirá con mano firme la decisión. Hagan sus apuestas. El futuro del cine está asegurado.
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