Festival de Cannes (Día 2) Kogonada y una declaración de principios 

Nueva crónica de Fernando Hdez Barral desde el Festival de Cannes, en un día en el que destacó Kogonada

Festival de Cannes: Colin Firth protagoniza After Yang, del coreano Kagonada
Festival de Cannes: Colin Firth protagoniza After Yang, del coreano Kagonada

Festival de Cannes (Día 2): Kogonada y una declaración de principios

Crónica del del día 2 del Festival de Cannes: Kogonada, German y Eva Husson

Hubo un tiempo en que el cine fue vehículo para la política. Los más veteranos del Festival recuerdan el año 1968, cuando Godard, Truffaut pararon el certamen en solidaridad con los jóvenes manifestantes del Mayo francés.

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Esos tiempos pasaron, el cine ya no “hace política”. Sin duda, triunfó entre productores y directores la idea de que el mensaje político no era una base firme para levantar buenas películas. La vieja polémica entre cine-cine y cine de mensaje, se decantó por la primera tendencia.

Todo lo anterior no se aplica al Festival de Cannes. Si Bolsonaro desbarra, el Certamen acoge a cineastas brasileños críticos como Kleber Mendonca Filho; si la vieja Europa recorta gasto social se premia a directores revindicativos como Ken Loach. Cannes es un Festival de cine de gran vuelo estético pero también es un altavoz de causas difíciles.

Y si hay una derrota eterna en el imaginario colectivo de Francia, ese es el caso de Rusia y su tendencia al autoritarismo. Ciertamente hay que reconocer la valentía de la dirección del Certamen que en los últimos años nunca se ha callado a la hora de criticar desde las diferentes Secciones y Competencias la deriva corrupta y oligárquica del otrora país hermano.

Delo es una película de Aleksei German

En pasadas competencias hubo andanadas metafóricas contra el régimen de Putin, también directores rusos que no pudieron venir a defender sus películas. Alguno de ellos en arresto domiciliario. Precísamente, este es el caso que relata Delo de Aleksei German, un nada velado alegato en contra de los excesos autoritarios del todopoderoso FSB y su persecución de la disidencia.

El protagonista del filme es un pobre idealista profesor universitario, seguido por un puñado de jóvenes, que denuncia la corrupción política y acaba encerrado en su casa con una pulsera localizadora; allí pasará a convertirse en ibseniano “enemigo del pueblo”, sólo por no tragar con la mentira y no callar.

Sin duda, el ruso German apunta más alto: no hay que esforzarse mucho para ver en el protagonista de Delo una suerte de Aleksei Navalni, el líder disidente reciéntemente deportado a Siberia. Se trata de una película imperfecta pero necesaria, que se ve con admiración pues sin duda aquellos que han participado en su realización creen en la justicia y el Estado de Derecho, cosas poco cinematográficas pero sin duda necesarias como respirar.

Mothering Sunday es una película dirigida por Eva Husson

En el hemisferio opuesto se mueve Mothering Sunday, algo así como el día de la madre, el último film de Eva Husson. Se trata de una adaptación de una novela de Graham Swift, con unos valores de producción espectaculares -vestuario de Sandy Powell, banda sonora oscarizable de Rob Moose- y una actriz Odessa Young que clava su personaje y desnuda su alma y cuerpo -literalmente se pasa media película a punto del constipado-. Es un filme bien hecho, que recuerda al Atonement de McEwan dirigido por Whright, pero que adolece de un esteticismo hipervitaminado. Husson rueda con maestría y lo que quiere contar -oportuna reflexión sobre el dolor como origen de la creatividad y el arte- tal vez se merecía una propuesta más controlada, no tan “bonita”. Pero el filme es agradable y además ofrece una actuación de tres secundarios de otra galaxia: Firth, Colman y Glenda Jackson.

En Cannes sigue desojándose la margarita de la Palma de Oro que por ahora no tiene dueño claro. Por ahora el ganador moral es Kogonada y su After Yang, cine de realismo mágico pero algo menos centrado que aquella Columbus que le puso en el mapa del panorama indie.

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