Lina Bo Bardi. Tupí or not tupi. Brasil 1946-1992
Excelente muestra de la trayectoria artística y cultural de la arquitecta, diseñadora y museógrafa Lina Bo Bardi (Roma, 1914- Sao Paulo, 1992) que puede visitarse en la Fundación Juan March (Madrid) del 5 de octubre de 2018 al 13 de enero de 2019.
Una inquieta navegante italiana que se hizo brasileña
“En la práctica [arquitectónica], no existe el pasado. Lo que todavía existe hoy, lo que aún está vivo es lo que podemos llamar presente histórico. Lo que hay que salvar, no es salvar, de hecho, es preservar ciertas características típicas de un tiempo que todavía pertenece a la humanidad”.
Son palabras de la Lina Bo Bardi (1914-1992). Y es un acierto apelar a ellas para proponer una navegación por la aventura brasileña de la arquitecta, diseñadora, museógrafa, escritora, periodista y activista cultural que fue Achilina (Lina) Bo Bardi.
El acierto corresponde a la arquitecta y profesora Mara Sánchez Llorens, comisaría invitada de esta exposición. Experta en Bo Bardi, a la que estudió primero en su tesis doctoral defendida en 2010 y luego en un premiado libro de 2015, Sánchez Llorens ha trabajado concienzudamente con Manuel Fontán y María Toledo, director de Museos y Exposiciones y jefe de Proyectos Expositivos de la Fundación Juan March respectivamente para proponer más que un recorrido, una navegación por escalas en las empresas de una mujer que llega a Brasil en 1946.
Bo se había formado como arquitecta en Roma, ciudad que abandona a final de los años 30 para trasladarse a Milán y trabajar en diversas aventuras culturales hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Recién casada con el crítico de arte y coleccionista Pietro María Bardi, llegan ambos a Río en 1946. Un año más tarde, encomiendan a Bardi la gestión del Museo de Arte Moderno de São Paulo. Entre 1949 y 1951 Lina diseña “La Casa de Vidrio”, su hogar, una construcción de cristal, acero y hormigón, que incluye su estudio, en una pequeña nave dentro de la parcela.
Las 358 piezas que integran la muestra jalonan las tres etapas fundamentales de la aventura de Lina Bo Bardi (nacionalizada brasileña en 1951) que tienen como epicentros São Paulo (al sur), Salvador de Bahía subiendo por la costa y el enorme triangulo que forman al nordeste del país esta última ciudad con Recife y Fortaleza.
La propuesta expositiva de la Juan March se inscribe en un criterio narrativo que ya ha estado presente en ocasiones anteriores en la Fundación. Como ya ocurriera recientemente con el británico William Morris y el movimiento Arts & Crafts se trata de invitar al visitante a interesarse por una vida, por una historia tejida de sueños, de anhelos artísticos y culturales con un claro compromiso social que protagonizan una suerte de agitadores, de visionarios que conceden una gran importancia al diálogo con el arte popular, del que se alimentan y con el que dialogan.
Hay una hermosa coincidencia entre Morris y Bo Bardi y es que quieren que su arte sea para la gente, para el pueblo a quien quieren servir, devolviendo propuestas en las que las artes populares (lo que llamamos con frecuencia artesanía) se anudan cordialmente con la racionalización del arte y la estética que brota de los artistas que han recibido una formación académica y que han protagonizado el debate teórico sobre el presente y el futuro de la cultura en sus distintas manifestaciones.
Especialmente interesante y reveladora es la conversación mantenida por los tres comisarios con cinco colaboradores de Bo Bardi en sus últimos proyectos en los años 80 y 90.
No está de más advertir -tras lo expuesto y teniendo en cuenta que estamos ante la primera exposición dedicada a Lina Bo Bardi en España- que la propuesta demanda un visitante que sepa lo que va a ver, que haya estudiado con atención el magnífico programa de mano (no es casual que el programa se despliegue como un mapa que ayuda a navegar por un territorio poblado por piezas muy diversas).
Porque hay, junto a planos y maquetas de proyectos de Bo Bardi, muchas piezas de arte popular, con su indigenismo mestizo vivaz e ingenuo, que a un espectador despistado podrían desconcertarle… Bo Bardi valoró con los ojos ávidos de una europea hastiada del Viejo Mundo el arte popular del Nuevo, la vida que palpita en las calles y las gentes de un país joven y exuberante, que deslumbra por su vitalidad y por los contrastes, un vergel selvático.
Lina Bo Bardi crea espacios interiores y exteriores pensados para reunirse y pasear sin obstáculos. En esa tarea brilla y teoriza con una gran originalidad que tiene una acabada expresión en la disposición de unos soportes para exponer pintura en el museo de Sao Paulo. Una idea con pros y contras. Audacia para el Nuevo Mundo.

