BSO La Teoría del Todo
Acaba de ganar el Globo de Oro a la mejor banda sonora y la nominación al Oscar en ese mismo apartado. Jóhann Jóhannsson (Reijkjavic, Islandia, 1969) ha logrado colarse en la lista exclusiva de los Desplat y Zimmer con su composición para el biopic sobre Stephen Hawking: La Teoría del Todo. El músico islandés ya había colaborado en las bandas sonoras de películas como Prisoners, de Denis Villeneuve, o la reciente Foxcatcher, de Bennett Miller.
Desde la primera escena de la película, esa carrera en bici por el campus universitario soleado, la música tiene una grandísima importancia. Sorprende que en este tema inicial, Cambridge 1973, el piano y el violín adquieran tal intensidad emotiva. Éste es el gran problema de una composición que fuerza emotivamente al espectador desde la primera melodía.
Sin ser especialmente original, la música de Jóhannsson logra alejarse de las influyentes bandas sonoras de películas protagonizadas por un genio: Una mente maravillosa, de Hans Zimmer, o El indomable Will Hunting, de Elliott Smith. El islandés prefiere centrarse en una melodía común más pendiente de subrayar los aspectos dramáticos de la vida afectiva del protagonista que sus hallazgos científicos y logros profesionales.
El esquema general de la composición es muy similar en temas como Domestic Pressures, Chalkboard o A Game of Crocket. Las notas muy débiles de piano con resonancia van in crescendo hasta llegar a un final de fusión con violín que se repite con frecuencia a lo largo de la película.
Quizás el tema con más personalidad de la película es precisamente The Theory of Everything, que se inserta magníficamente en el último tramo de la historia. En este caso, a la fusión de violín y piano se añaden instrumentos de cuerda que rompen con el clasicismo de la melodía principal.
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