BSO Los miserables
Tras 25 años de representaciones, el musical de Boublil y Natel ha llegado al cine. La película Los miserables toma una opción radical y arriesgada: las canciones se grabaron en el set. De esta manera, el director Tom Hooper optaba por la autenticidad.
La voz de los cantantes en cualquier musical es siempre esencial, pero si además no hay coreografías que acompañen a la melodía y el director se empeña en cercanísimos primeros planos, el nivel de responsabilidad que tienen los actores es absoluto. Bien es verdad que hasta Russell Crowe tenía una cierta experiencia como cantante (de rock, no de ópera).
Sin embargo, el experimento no ha dejado satisfecho a muchos que ven cómo el musical ha perdido emoción al pasar a la pantalla grande. El cantante americano Adam Lambert escribió recientemente que “en la película había grandes actores que fingen ser cantantes. Con ese elenco se debió haber grabado y endulzado las voces, parece que la voz no es importante, que solo hay que centrarse en el contexto emocional, pero las canciones son tan molestas que eliminan cualquier sentimiento”. El mismo Russell Crowe se encargó de responderle: “Estoy de acuerdo con Adam. Claro que podrían haber sido edulcoradas, pero Tom Hooper quería que fuera crudo y real, y eso es lo que es”.
Vayamos por partes. No todo es tan claro ni tan oscuro. Probablemente la interpretación del I dreamed a dream de Anne Hathaway sea uno de los mejores momentos del musical cinematográfico de los últimos años. La actriz logra cantar e interpretar, entonar y llorar, sin que echemos de menos el musical original. No se puede decir lo mismo de Hugh Jackman que gana mucho cuando tiene que bailar y pierde bastante al confiar únicamente en su voz. Solo hay que comparar su interpretación en musicales como La Bella y la Bestia, Sunset Boulevard o en la presentación de los Oscar en 2009, con la distancia y frialdad que genera el Jean Valjean de Los miserables en temas como The confrontation o en el epílogo final.
Aún así, hay momentos en que Jackman se defiende (la canción Suddenly, nominada al Oscar a la mejor canción y creada especialmente para la película). No es el caso de Crowe, que tiene voz de todo, menos de tenor. Su escena final es posiblemente lo peor de la película (no hay matiz dramático ni un tono musical adecuado), junto a las canciones de Sacha Baron-Cohen y Helena Bonham-Carter.
Especialmente dolorosa es la interpretación de One more day, uno de los temas centrales a coro del musical, probablemente el momento más aplaudido en el teatro. Aquí falta armonía, ordenación y compensación de voces (algo que sí se consigue en la canción inicial a coro At the end of the day).
Por último, hay que reconocer el talento de Eddie Redmayne, Amanda Seyfried y Samantha Banks. Cuando aparecen ellos, el musical cambia por completo; se dejan de oír canciones habladas y diálogos entonados. Los temas que interpretan se quedan en la memoria, con especial intensidad en In my life/A hert full of love, On my own y Drink with me.
BSO Los miserables
AUTOR: Claude Michel Schönberg COMPAÑÍA: Universal Republic DURACIÓN: 94 min. PRECIO: 17,99 €