BSO: The road
BSO The road | Incomprensiblemente han ignorado a The road en los Globos y en los Oscar: como si no existiese. Miras la calidad de los actores (¿quién pondría pegas a un Oscar a Mortensen o al pequeño Smit-McPhee?), de la fotografía (Aguirresarobe), del sugerente guión de Penhall, reparas en la maestría de la dirección de John Hillcoat… y te quedas perplejo ante el ninguneo.
El cantante y compositor australiano de 53 años Nick Cave (un tipo célebre, con un abultado historial de provocador, exponente del rock pospunk que cuando hace balada triste se hermana con gente como Cohen y Waits), y el inglés de 42 años Warren Ellis, compañeros de grupo musical desde hace 15 años (Nick Cave and the Bad Seeds, la banda fundada en 1984), ya demostraron su capacidad en la anterior película de Hillcoat, el desolado western australiano The proposition (2005). Dos años después firmaron la música de la magnética segunda película del neozelandés Andrew Dominic, El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (Mick Harvey, el segundo de a bordo de la banda de Cave, compuso la música de Chopper (2000), la opera prima de Dominic).
En esta ocasión vuelven a acertar con una música perfectamente coherente con el alma de la novela de McCarthy: un padre y un hijo que sobreviven en un mundo desolado aferrándose al amor que se tienen. El tema inicial acompaña con tremenda eficacia la voz en off de Mortensen, que va describiendo la destrucción del planeta y la degradación de muchos supervivientes. Los tasados diálogos, escuetos y redundantes hasta la obstinación, se alternan con espacios en que la música cumple la misión de los puntos y aparte de la novela, un recurso habitual en la narrativa abrupta, de frase corta y diálogos sin guiones, de McCarthy. El padre piano y el hijo violín, y viceversa, son usados con maestría por Cave y Ellis: la esperanza que lucha por salir a flote en un paisaje con caníbales al acecho.
Dice Hillcoat que ha intentado reflejar con máxima nitidez la crueldad humana para resaltar aún más el contraste con la ternura. Y la música contribuye a este empeño. La nostalgia de los primeros temas (Home, The road, Storytime) da paso a la sinrazón degenerada del corte The cannibals con esos desafinados. La esperanza, como el sol tímido que se cuela entre las nubes opacas en una tarde invernal, despunta en The church y se afianza en la melodía final, The beach, con un piano que tiene luz, vida.
Autores: Nick Cave, Warren Ellis
Sello: Mute
Duración: 47 min.