BSO The town: ciudad de ladrones
Ben Affleck repite con su segunda película algunos de los referentes fundamentales de la precedente Adiós pequeña, adiós. Boston, la ciudad en la que se crió Affleck, vuelve a sonar según la partitura del inglés Harry Gregson-Williams, ayudado por David Buckley.
Con más de 70 bandas sonoras compuestas, Harry Gregson-Williams (hermano del también compositor Rupert) es uno de los músicos más utilizados en el cine infantil y en el género de acción de los últimos años. Sin llegar a tener el nombre de Zimmer o de Powell, ha trabajado en películas como Shrek, Spy game, Dèja vu, El fuego de la venganza, Las crónicas de Narnia y Prince of Persia.
En The town realiza un trabajo que, sin ser original, es eficaz en la acción y discretamente emotivo en el drama. Mezclando la música electrónica con la orquestal consigue que la cinta tenga un ritmo veloz y una tensión bien conseguida. Recuerda mucho en la mezcla de piano y música electrónica a la magistral banda sonora que Elliot Goldental compuso para Heat (Affleck reconoce su influencia en The town).
Las tres escenas de acción de la película están bien orquestadas con ritmos de percusión electrónicos que alternan con silencios. Es un efecto muy bien logrado que no satura al espectador y le permite seguir la acción con un mayor realismo. Esta música es coherente con una planificación visual que huye de los montajes videocliperos y entrecortados con que nos atormentan en muchas películas de acción recientes.
Los temas más emocionales de la banda sonora (Charlestown y The letter) son muy parecidos a los utilizados en Adiós pequeña, adiós. Un piano lento y un ambiente electrónico de fondo, que en la parte final se funde con el violín, son suficientes para conmover al espectador. Y aunque uno no se queda con esa música grabada en la memoria (falta originalidad y personalidad en la composición), las interpretaciones, el guión y la realización suplen esas carencias.
BSO The town: ciudad de ladrones
AUTORES: Harry Gregson-Williams, David Buckley COMPAÑÍA: Silva Screen DURACIÓN: 42 m.
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