El Señor de los Anillos (2001), Peter Jackson. Parte 3: Atrezzo y actores para un filme épico
El Señor de los Anillos, de Peter Jackson | Richard Taylor había planteado el proyecto casi como una campaña militar, organizando a los más de 120 técnicos contratados por WETA en seis departamentos principales: Criaturas, Efectos especiales, Maquillaje y prótesis, Armas y armaduras, Miniaturas y Maquetas.
Una impresionante colección de objetos históricos
En una producción de esta envergadura hicieron falta decenas de miles de objetos, algunos de ellos verdaderamente pintorescos. Para ambientar históricamente el entorno bélico se diseñaron desde sillas de montar medievales (70 para los primeros planos y 250 para los caballos del último término) hasta armaduras hechas a mano (900 en total), o cotas de malla de diversas tallas y texturas. Como recuerda el propio Taylor: “Diseñamos y fabricamos 48.000 piezas de armadura y teníamos a cuatro personas haciendo cotas de malla diez horas al día. También produjimos 2.000 armas (de goma, aunque parecen de hierro), incluyendo espadas, lanzas, picas y mazos, arcos, ballestas, dagas, cuchillos y hachas”. Lo que no dice es que de algunas piezas más señaladas se hicieron varias versiones. Por ejemplo, se hicieron cinco modelos de la espada Narsil de Elendil, la que Sauron quebró e Isildur utilizó para arrancar el Anillo Único de la mano del Señor Oscuro: “Necesitábamos -explica Richard– poder romperla cinco veces sin que el equipo de rodaje tuviera que esperar a que se recompusiera”.
La extensa colección de trajes -10.800 prendas sólo para los extras- da idea del impresionante despliegue de vestuario y atrezzo. Además, había que lograr que los trajes parecieran “reales”, lo cual implicaba que no parecieran nuevos, sino usados: gastados, sucios, viejos o hasta maltrechos. Así, por ejemplo, un primer plano del bolsillo del chaleco de Bilbo, cuando está jugueteando con el Anillo, muestra -por su forma ligeramente abombada- que se ha utilizado muchas veces como bolsillo. ¿Cómo se consiguió? Simplemente llenándolo de piedras y dejándolo así durante un tiempo.
Algo parecido se hizo con las ropas de Gandalf el Gris, cuyo guardarropa oficial incluía: Una bolsa, un cinturón, un par de botas, un par de botas de agua, dos bufandas, un sombrero, una túnica y capa de seda, dos túnicas verdes, tres camisetas, tres faldas-pantalón, dos chubasqueros y una caja con tabaco y pergaminos (eso sin contar un carrete especial de hilo gris para los arreglos de la ropa). Para envejecer la tela de sus trajes y túnicas, que había sido traída especialmente de Indonesia, se hicieron varios lavados y después se metió en tinte hasta conseguir el gris degradado que se pretendía. Después se volvió a lavar y a pasar por el tinte, se empleó arena para hacer más áspera la tela, y finalmente se marcaron los puntos de desgaste en codos, rodillas, dobladillos, etc.
La obsesión por la verosimilitud de la ficción llegó al extremo de contratar a un experto en caligrafía élfica para el diseño de los rótulos de caminos y poblaciones, para la escritura de los lomos de la biblioteca de Minas Tirith, los pergaminos que Gandalf estudia en diversas ocasiones, y el diario donde Bilbo narra sus aventuras. Daniel Reeve, un ingeniero informático apasionado por la escritura élfica inventada por Tolkien, tuvo noticia de que iba a rodarse la película y envió algunos de sus trabajos (había aprendido el lenguaje y elaborado decenas de textos) a la productora de Peter Jackson. A las pocas semanas, le contestaron que hiciera algunas pruebas y, a la vista de los resultados, fue contratado para toda la caligrafía de la Tierra Media. Su trabajo más gratificante fue la creación del gran Libro de Mazarbul, el antiguo registro enano que Gandalf descubre entre los escombros en las Minas de Moria. En 1940, Tolkien había creado laboriosamente unas páginas facsímiles del libro como dañadas por las armas de los orcos. “Imité las páginas de Tolkien -recuerda Daniel– insertando el texto apropiado allí donde el original se puede leer y, para las páginas de relleno, escribí runas de varios estilos, pues se supone que ese registro lo llevan a cabo muchas personas a lo largo de muchos años”.
Con todo, el objeto más cuidadosamente elaborado de toda la producción fue, como cabía esperar, el Anillo que Frodo debe llevar hasta Mordor. El más famoso taller de orfebrería neozelandesa, el de Thorkild Hansen, fue escogido para que realizara quince prototipos de anillo, de entre los cuales se escogería el Anillo Único; además, se hicieron hasta treinta variantes especiales del Anillo, muchas de las cuales estaban ideadas para que pareciera especialmente grande y dinámico. Durante treinta años, Hansen había elaborado objetos de oro y plata para la aristocracia de todo el mundo: pendientes, anillos, broches y pulseras. Ahora tenía uno de los retos más grandes de su vida: “El anillo más difícil de hacer -dice Thorkild- fue el que aparece en el prólogo girando y dando vueltas en el aire. Con un diámetro de ocho pulgadas no podía hacerse de oro macizo, así que usamos acero, lo cortamos en un torno y lo bañamos en oro”.
Un gran reparto para una gran epopeya
Uno de los momentos más delicados de toda producción es la elección del reparto; ahí se decide buena parte del resultado final de la película. “Escogimos a los actores más adecuados para su papel -dice el productor Barrie M. Osborne-. Nadie nos presionó para contratar ‘estrellas’ que dieran a conocer la película, porque teníamos una novela con cien millones de lectores que darían a conocer la película mucho mejor que aquellas. Así que escogimos lo mejor”.
Desde el principio, Jackson quería a Elijah Wood como Frodo y a Christopher Lee como Saruman. Y, tras unas pocas gestiones, los contrató en los primeros estadios de la producción. Como recuerda Lee: “Cuando Peter vino a mi casa de Inglaterra y me propuso dar vida a Saruman pensé que era un sueño hecho realidad, en dos sentidos: primero, porque iban a hacer una película de un libro que adoro; y segundo, porque iba a poder participar en ella”.
El problema estaba en los papeles de Gandalf y Bilbo. Para el primero se barajó la posibilidad de contar con Sean Connery, que es de origen irlandés, pero este actor tenía un caché muy elevado; en su lugar, Ian Mckellen hizo una de las mejores interpretaciones de su historia: no en vano recibió una merecidísima nominación al Oscar como mejor secundario. Para el papel de Bilbo se estudió la posibilidad de Anthony Hopkins, pero este actor tenía demasiados compromisos como para ausentarse quince meses de Inglaterra y Hollywood, así que fue sustituido por otro gran actor inglés, Ian Holm.
Sin embargo, iniciado ya el rodaje hubo que hacer otro cambio en el reparto que pudo haber sido catastrófico. Habían pasado pocos días desde el comienzo cuando Peter Jackson comprendió que Stuart Townsend no era el actor adecuado para el importante papel de Aragorn. Aunque el acuerdo fue mutuo, se produjo en el peor momento: Stuart se había preparado junto al resto de los actores y estaba para comenzar el rodaje de las escenas en que los hobbits se encuentran con Aragorn (como Trancos) en el Poney Pisador de Bree. Como no era posible retrasar el rodaje, el productor ejecutivo Mark Ordesky voló a Los Ángeles para contratar a uno de los que habían sido descartados un año antes para ese papel: Viggo Mortensen. Pero Viggo, que había cosechado un gran éxito con Marea roja (1995), tenía ya muchos compromisos y no quería involucrarse en un papel tan arriesgado. Mark tuvo que insistir durante tres días para que al fin Viggo accediera. Este actor de origen danés llegó a Wellington en el último instante, con el guión recién leído, y apareció en el rodaje tan inesperadamente como su personaje, el misterioso Trancos, que aparece por vez primera en la pantalla.
Todo esto acontecía a finales de octubre de 1999. Un mes antes, a finales de septiembre, todo estaba ya dispuesto para que comenzara el rodaje de El Señor de los Anillos: un rodaje que iba a ser extremadamente largo por la inaccesibilidad de algunas localizaciones y porque, en realidad, se rodaban tres películas en lugar de una.
El Señor de los Anillos (2001), de Peter Jackson (parte 1)
El Señor de los Anillos (2001), de Peter Jackson (parte 2)
El Señor de los Anillos (2001), de Peter Jackson (parte 4)
El Señor de los Anillos (2001), de Peter Jackson (parte 5)
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