Laura (1944), de Otto Preminger (parte 4): Preminger compra la historia
Tras varios problemas con la Fox, Preminger se puso a trabajar en la versión cinematográfica de Laura, encargando el guión a Jay Dratler.
Preminger dio el salto a los grandes proyectos gracias a Kidnapped (1938), película de alto presupuesto basada en la novela de Robert L. Stevenson, que había aceptado dirigir a desgana. Cuando el rodaje llevaba unos días en marcha, Preminger y Zanuck discutieron acaloradamente sobre el guion y el director fue apartado del proyecto. Y como el corporativismo de la Meca del cine era entonces muy acusado, los directivos de todos los estudios cerraron filas contra él y Otto se vio privado de empleo en toda la comunidad de Hollywood.
El empeño de un proscrito
El director en alza se vio convertido, de repente, en cineasta proscrito y, a finales de 1937, decidió abandonar Los Angeles y trasladarse a Nueva York para producir y dirigir obras teatrales en Broadway. En los dos años siguientes dirige con gran éxito una variada sucesión de piezas, entre las que destaca Margin for error, en la que también hizo de intérprete por abandono del actor. Su brillante encarnación de Karl Baumer, un oscuro cónsul alemán en suelo americano, propicia su vuelta a Hollywood: la Fox -en ausencia de Darryl Zanuck, que ha dejado el estudio para trabajar en documentales del ejército-, le contrata para hacer de nazi en The pied pider (1942), de Irving Pichel. Poco después acepta meterse de nuevo en la piel de Karl Baumer para la versión cinematográfica de Margin for error (1943), pero solo con la condición de que le permitan dirigir la película. Así las cosas, cuando en junio de 1943 Zanuck dejó el ejército y volvió a la Fox, lo primero que hizo fue llamar a su despacho a Otto Preminger. No se habían vuelto a hablar desde el triste episodio de Kidnapped, cinco años antes. Y según refirió el director, Zanuck se mostró más amigable pero le habló muy claramente: “Puedes seguir trabajando aquí y producir las películas que tú decidas, pero mientras siga siendo el jefe de la Fox tú no dirigirás ninguna”.
Preminger se puso entonces a buscar alguna historia con gancho para producir su primera “gran película” en su segunda etapa en la Fox, y pensó en la famosa novela -ahora convertida en obra teatral- escrita por Vera Caspary. Supo que el libreto había sido rechazado por los productores de Broadway, y sin pensarlo dos veces, todavía en junio de 1943, convenció a la Fox para que comprara los derechos del libreto por 50.000 dólares. Era una gran historia, estaba seguro de ello, y con tal de sacarla adelante comprometió su reputación para el futuro y puso en juego toda su capacidad de convicción.
A vueltas con el guion
Según estipulaba el contrato, Caspary y Sklar conservaban los derechos de su explotación en los escenarios (a los que esta pieza llegaría en 1947, con Otto Kruger como Waldo, K. T. Stevens como Laura y Hugo Marlowe como Mark), pero desde el verano de 1943 Preminger asumió la producción del proyecto cinematográfico que habría de cambiar su estrella en Hollywood para siempre.
Para asegurarse de que el cineasta vienés no hacía una de las suyas, Zanuck nombró a Bryan Foy productor asociado del proyecto, mientras Otto se encargaba de la producción ejecutiva. Foy era un hombre de la confianza de Zanuck, y en aquella época solía encargarse de películas de bajo presupuesto. Pero esa circunstancia -trabajar a las órdenes de un segundón- no intimidó en absoluto a Preminger.
Su primera decisión fue encargar la escritura del guion a Jay Dratler, un dramaturgo y novelista de la costa Este que había hecho un postgrado en la Sorbona y al que, por eso mismo, se le suponía ese aire sofisticado y cosmopolita que la historia requería. Dratler había trabajado en Hollywood tan solo tres años, como free-lance y en películas de serie B, pero Preminger creía en él. Además, Vera Caspary había renunciado a escribir el guion, saturada como estaba de Laura tras escribir la novela y la versión teatral, por lo que Dratler tenía todas las puertas abiertas.
El 30 de octubre de 1943 Dratler entregó la primera versión del guion. La había escrito de forma muy cercana a la novela, tanto en la trama como en los personajes y la estructura, incluyendo el triple punto de vista narrativo: Waldo, Mark y Laura. El desenlace era también el de Vera Caspary: Waldo, el columnista cínico, regresa al apartamento de Laura y repite su intento de asesinarla con una escopeta simulada en el interior de su bastón.
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 1)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 2)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 3)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 5)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 6)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 7)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 8)
Laura (1944), de Otto Preminger (parte 9)
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