Matrix (1999), Larry y Andy Wachowski. Parte 4: El casting y la coreografía

El guión definitivo de los Wachowski se titula ya “The Matrix”, y lleva fecha de 8 de abril de 1996. Una vez terminado, el siguiente paso fue visualizar la película entera, dibujando los encuadres de cada secuencia plano a plano. La cinta había nacido como un cómic, y esa impronta debía plasmarse en toda su estética. Por eso, los Wachowski buscaron a un gran dibujante, Geoff Darrow, para que elaborase un detalladísimo storyboard con más de 600 páginas. Darrow se había dado a conocer en el mundo del cómic unos años atrás por sus dibujos en una historieta ciberpunk de tono ultraviolento, Hard Boiled, de cuyo guión era responsable Frank Miller.

Con el guión y con el story ya completados, los Wachows­ki y el productor Joel Silver buscaron un estudio que quisiera financiar el proyecto. No fue tarea sencilla, pues la historia requería una compleja preparación previa y unos efectos especiales muy costosos, y nadie quería arriesgarse con unos directores jóvenes, un tanto excéntricos y faltos de experiencia. Tras varios intentos consiguieron que la Warner se interesase en producirla, pero el estudio no dio la luz verde definitiva hasta que la película estaba ya en fase de producción. Así que los dos hermanos se metieron de lleno a buscar actores y localizaciones sin saber aún si podrían terminar la película.

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Keanu Reeves fue todo un acierto porque supo encarnar muy bien a ese personaje joven, de espíritu épico pero vulnerable, que se convierte en héroe a la fuerza

Matrix, Larry y Andy Wachowski: Eligiendo al “elegido”

El casting fue algo complicado. Aunque sabían exactamente qué tipo de interpretaciones querían, no encontraron los actores a la primera. Para el papel de Neo, el “elegido”, se tanteó a Leonardo Di Caprio y a Ewan McGregor, estrellas de aspecto juvenil con especial carisma entre adolescentes. Incluso se le ofreció el papel a Will Smith, pero éste prefirió trabajar como protagonista en Wild wild west. Finalmente, los Wachowski contrataron a Keanu Reeves, y fue todo un acierto a pesar de su escasez de registros porque, además de lograr un fuerte impacto en la taquilla, el actor supo encarnar muy bien a ese personaje joven, de espíritu épico pero vulnerable, que se convierte en héroe a la fuerza. A su lado, y tras el rechazo de Val Kilmer, ficharon para el papel de Morfeo a otra estrella de quizás menor relumbre pero sin duda de mayor eficacia: Laurence Fishburne fue la segunda y más atinada opción. Con ellos en la película, la producción mejoraba a todas luces: los dos actores eran sobradamente conocidos por el público, y su emparejamiento en buena parte de las secuencias sugería interesantes matices en la relación de mentor-pupilo, la subtrama más importante de Matrix.

Pero si los protagonistas eran consagrados, los secundarios resultaron una completa novedad, lo que supuso una apuesta quizás demasiado arriesgada por parte de los Wachowski. Para el difícil papel de Trinity, sobre el que los realizadores no se habían formado una imagen definitiva, tuvieron que buscar mucho. Tras descartar a numerosas candidatas escogieron a Carrie-Anne Moss, una actriz canadiense de 32 años prácticamente desconocida (había rodado series de televisión y unas pocas cintas de bajo presupuesto), que con esta película saltaría al estrellato. Durante el proceso de casting, Carrie-Anne se lesionó gravemente el tobillo pero no dijo nada a los directores, y aguantó los dolores con vendas muy apretadas, pues intuía que ahí se jugaba el papel de su vida, como así sucedió.

Otra decisión sorprendente fue la de Hugo Weaving, que de la nada (sólo había rodado dos películas) pasó a las portadas de las grandes revistas gracias a su papel como agente Smith, el más frío y cerebral antagonista del último decenio en el género de ciencia ficción. Esa magnífica interpretación y la de Elrond en El Señor de los Anillos le darían su definitivo pasaporte a la fama.

Con el casting ya decidido, la decisión más urgente tenía que ver con el equipo técnico. Y de todos los artistas, el más decisivo para la cinta resultó ser el diseñador de coreografías.

Matrix (1999), Larry y Andy Wachowski
Matrix (1999), Larry y Andy Wachowski

Inspirándose en Karate Kid

Como la película requería espectaculares secuencias de ar­tes marciales (nuevamente la influencia oriental), los directores trajeron de Hong Kong al coreógrafo Yuen Woo-Ping, “director de acción” (y ocasional director) que impulsó la carrera de Jackie Chan a fines de los setenta y la de Jet Li unos años después. Las escenas de acción en las películas de uno y otro son bien diferentes, pero evidencian un mismo estilo en la coreografía. Las secuencias de peleas que dirige Woo-Ping se caracterizan porque los personajes parecen siempre livianos como pájaros y fuertes como leones. Ahí están ejemplos como El tigre y el dragón (Ang Lee, 2001) o las dos entregas de Kill Bill (Quen­tin Tarantino, 2003).

Sin embargo, las películas a las que el coreógrafo chino recurrió para inspirarse son otras. Por ejemplo, cuando Neo resucita y se enfrenta a los agentes, los primeros movimientos que desarrolla para bloquear los golpes del agente Smith responden a la misma técnica que empleó Daniel LaRusso contra el señor Miyagi en The Karate Kid.

Lo que marcó la diferencia del trabajo con Woo-Ping fue el uso de cables en las escenas de combate. Anteriormente, las peleas más espectaculares en el cine norteamericano se basaban en el uso de pistones para impulsar a los actores. Los cables dan una impresión de liviandad que no se logra de otra forma. Por eso, para el rodaje de Matrix, donde los personajes una vez conectados a la matriz adquieren “superpoderes”, la propuesta de Woo-Ping era la más indicada. El trabajo (y la preparación física de los actores) que este estilo impone es mucho mayor. Una sola escena de pelea demanda meses de entrenamiento y varias semanas de rodaje. Por eso, tanto Reeves como Fishburne o Weaving tuvieron que invertir cinco meses para familiarizarse con la técnica de las artes marciales, desde octubre de 1997 hasta marzo de 1998. Desde entonces, esa coreografía de los combates se ha empezado a ver con más frecuencia en el cine de acción norteamericano.

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 1)

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 2)

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 3)

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 4)

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 5)

Matrix (1999), de Larry y Andy Wachowsky (parte 6)

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