Tiburón (1975), Steven Spielberg (parte 1): Antecedentes

· Lo más importante para la historia del ci­ne fue que Tiburón lanzó al estrellato a Spielberg, un joven cineasta que había rodado tan solo dos largo­me­trajes.

En el verano de 2000 se cumplieron 25 años del estreno de Tiburón (Jaws, 1975), y con ese motivo los es­tudios Universal, que produjeron la película, lanzaron una versión restaurada de la cinta, un DVD con ma­terial inédito y una página web que todavía hoy se pue­de visitar: www.jaws25.com.

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Ciertamente, se trata de un largometraje que fue mítico en la filmografía hollywodiense de los años seten­ta; y ello por diversos motivos: por el impacto social de su historia (adaptación de un llamativo y sangrien­to best-seller), por los golpes de terror y de suspense que incluía el guión, y por el enorme atractivo que sus­citó en todo tipo de audiencias; de hecho, fue durante dos años la cinta más taquillera de la historia. Sin embargo, lo más importante para la historia del ci­ne fue que lanzó al estrellato a Steven Spielberg, un joven cineasta que había rodado tan solo dos largo­me­trajes.

Spielberg, con sólo trece años, rueda un mediometraje bé­lico también en 8 milímetros de 40 minutos de dura­ción y con el que gana su primer premio cinematográfico

Un monstruo del Séptimo Arte

Spielberg había na­cido en Cincinnati (Ohio) en 1947. Apasionado des­de muy joven por el mundo de las películas, rodó su pri­mera cinta con los compañeros de clase a la edad de doce años. Por entonces, todo el equipo de que disponía era la cámara de 8 milímetros de su padre y una mo­viola muy rudimentaria que tenían en casa. Al año si­guiente, con sólo trece años, rueda un mediometraje bé­lico también en 8 milímetros de 40 minutos de dura­ción y con el que gana su primer premio cinematográfico. Todavía en el ámbito familiar, escribe, dirige, fil­ma y edita una larga producción de dos horas que sor­prende a sus profesores de instituto por el sentido del suspense y del ritmo.

Con dieciocho años comienza estudios de cine en la fa­mosa University of Southern California (U.S.C.), don­de conoce y traba amistad con otro estudiante de ci­nematografía dos años mayor que él: George Lucas. Pe­ro es incapaz de sentarse sobre los libros y, tras de­jar incompleta su carrera, busca trabajo en la Universal, donde rueda algunos capítulos para diversas series te­levisivas.

De ese trabajo para la televisión surge su primera pe­lícula: El diablo sobre ruedas (1971), interpretada por Dennis Weaver. Concebida inicialmente como telefilme, la historia entusiasma a los jefes de la productora, que le permiten “hinchar” un guión muy poco ci­nematográfico hasta los 85 minutos finales de la cin­ta. La trama no puede ser más sencilla: un camión cisterna, conducido por alguien a quien nunca vemos, per­sigue a muerte a un infeliz automovilista que consigue finalmente despeñar por un barranco a su miste­rio­so perseguidor.

Esta película le proporciona reconocimiento interna­cio­nal, y esta inesperada fama le permite rodar su segundo filme, esta vez sí pensado para la gran pantalla: Lo­ca evasión (1974) es también una historia de perse­cu­ción automovilística, en el que deslumbraron tanto su sentido del ritmo como su capacidad para mantener la tensión narrativa sin apenas hilo argumental. De mu­cha menor resonancia, esta cinta le abrió camino a su tercera película: una historia de terror en las playas ca­lifornianas, por la repentina presencia de un escualo de grandes dimensiones.

Aparición de la novela

En el verano de 1974, el en­tonces desconocido escritor Peter Benchley publicó su primera novela titulada Tiburón. Era un relato de ho­rror que contenía todos los elementos necesarios pa­ra impresionar al público habituado a este género: un gran depredador, tensión narrativa, miedo a lo desconocido… y sangre abundante. El argumento arranca­ba de forma violenta: un hombre, una mujer y un niño pe­queño son devorados a comienzos del verano por un gi­gantesco tiburón blanco, y sus restos aparecen al día si­guiente en la playa de una población costera norteamericana (Martha’s Vineyard), lo que provoca la histe­ria colectiva de una localidad que vive exclusivamente del turismo.

Lo que esta novela gore llegó a provocar en la socie­dad norteamericana es difícil de comprender ahora. Con­vertida en un best-seller, motivó que muchas fami­lias estadounidenses dejaran de ir a las playas porque sus hijos habían leído el libro a escondidas y no se atre­vían a bañarse en el mar.

Tiburón (1975) // Steven Spielberg (parte II)

Tiburón (1975) // Steven Spielberg (parte III)

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