Titanic, de James Cameron (parte 5): Fidelidad del guion y guiños fílmicos

Titanic | Cameron relató con detalle la ele­vación de la popa, la tensión en la estructura de la na­ve, la violenta fractura en dos y su definitivo hundi­mien­to en las aguas.

Para la fidelidad histórica, fueron especialmente úti­les las fotos del pasaje y la tripulación que realizó Francis M. Browne, un profesor irlandés que abandonó el bar­co en el último puerto en que hizo escala antes de di­rigirse a Nueva York. De hecho, hay detalles del ar­gu­men­to que están directamente inspirados en las fotografías de esos dos días de viaje. Uno de ellos es el momento en que Jack y Rose dan un paseo por la cubierta de pri­mera clase; en esa escena aparece un niño jugando a la peonza con su padre. La imagen es un calco de una fo­tografía de Browne que se conserva en la exposición iti­nerante del Titanic.

Otros pasajes se tomaron de las actas del juicio que si­guió a la catástrofe. En la película, asistimos a la conversación en la que Bruce Ismay, presidente de la “White Star Line”, sugiere al capitán del Titanic que aumente la velocidad para llegar un día antes a Nueva York; en el fondo, aparece una mujer que se vuelve hacia ellos y pa­rece registrar esas palabras. Esa mujer existió en la rea­lidad, y en las actas del proceso -en las que Ismay de­claró no haber influido en el capitán para que aumenta­se la velocidad- se recoge también su declaración en la que afirmó haber escuchado esa conversación.

Un argumento en tiempo real

Por lo que respecta al hundimiento, la trama sigue el de­sarrollo de los hechos tal como fueron relatados por los supervivientes. Para lograr una mayor precisión cro­no­lógica, James Cameron se servía de diagramas, planos y maquetas que le ayudaban a desarrollar el guion se­gún la cantidad de agua que se iba introduciendo en las diversas secciones y la progresiva inclinación del bar­co. También tenía en cuenta el tiempo que se tardó en arriar los botes, convocar al pasaje, organizar las pri­meras salidas, etc., así como el momento exacto de algunos pequeños motines. Durante el hundimiento, la ac­ción transcurre siempre en tiempo real, y el especta­dor llega al colapso final del Titanic -el momento en que se parte en dos y se hunde- al mismo tiempo que los pa­sajeros en 1912. En la escena en que Rose regresa al bar­co, poco antes de la tragedia, Jack la espera frente a un reloj, que marca la hora exacta cuando el Titanic se hundió.

Con todo, hubo algunas licencias narrativas. Aún hoy es una incógnita si, en medio del tumulto, Murdoch -como algún otro oficial del Titanic- disparó contra la tur­ba que intentaba subirse a los botes o incluso si se sui­cidó. Algunos supervivientes testimoniaron haber oído disparos -probablemente al aire-, pero entre los cuer­pos que se recogieron después ninguno tenía heri­das de bala. En la película, Murdoch dispara y mata a To­mmy, personaje de ficción, y después se pega un tiro en la sien. Por otra parte, en la cinta solo se habla de pri­mera y tercera clase, y jamás se menciona la segunda cla­se. Esto fue decisión personal de Cameron, en un in­ten­to de simplificar la historia.

Finalmente, con los datos y las imágenes aportados por Ballard, Cameron relató con detalle la progresiva ele­vación de la popa, la tensión en la estructura de la na­ve, la violenta fractura en dos y su definitivo hundi­mien­to en las aguas. Bruce Ismay, el presidente de la com­pañía naviera, había declarado que el barco se hundió sin partirse para dar la sensación de que era robusto; y por eso en las anteriores películas el Titanic se hun­de de una pieza. Esa secuencia es, pues, una de las prin­ci­pa­les novedades en el argumento de Cameron.

El cine como inspiración

Por contraste, hay varias escenas que están claramen­te inspiradas en un filme que Cameron había visto varias ve­ces: A Night to Remember. Algunas son prácticamen­te idén­ticas:

– El ingeniero Thomas Andrews le dice al capitán Smith que el hundimiento es “una certeza matemática”.

– La pequeña orquesta del Titanic, que se reagrupa in­diferente a la debacle, inicia bajo la dirección de Hartley la canción “Cerca de Ti, Señor”.

Thomas Andrews contempla un cuadro mientras el bu­que empieza a sumergirse.

– De nuevo Andrews, que se topa con un hombre en la es­calera principal y le dice que el barco está condenado (en la cinta de Cameron, se lo dice a Rose).

– La imagen de Bruce Ismay en un bote, vuelto de es­pal­das para no ver cómo se hunde el Titanic.

Por lo que respecta a los nombres de los personajes, to­dos se corresponden con pasajeros o tripulantes del Ti­tanic, a excepción de la pareja protagonista y el novio de Rose. En éste hubo un cierto guiño familiar, porque su nombre, Cal Hockley, proviene de dos pequeñas aldeas cer­canas a Ontario -Caledon y Hockley- donde viven los tíos de James Cameron. El nombre de los protagonistas no obedecía a ninguna intención particular, pero Cameron descubrió después que un miembro de la tripulación del Titanic que murió en el naufragio se llamaba “J. Dawson”. Efectivamente, Joseph (no Jack) Dawson, nacido en Irlanda en 1888, era un estibador del Titanic. Su tum­ba en Nueva Escocia es hoy la más visitada de todos los que perecieron en el naufragio.

Titanic (1997), de James Cameron (parte 1)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 2)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 3)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 4)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 6)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 7)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 8)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 9)

Titanic (1997), de James Cameron (parte 10)

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