· Con la que caía (y sigue cayendo) en España con el tema de los nacionalismos y van un par de jóvenes guionistas y se atreven con Ocho apellidos vascos, una historia que se toma a broma los tópicos sobre andaluces y vascos… Y no pasa nada.
En abril de 2015 me desayuné con que la película de moda en España, Ocho apellidos vascos, ya había superado los 30 millones de euros de recaudación, había alcanzado más de 5 millones de espectadores -lo que la colocaba en el puesto número 12 a nivel global (y eso que solo se ha estrenado en España)- y cosechaba una cantidad ingente de noticias.
Una comedia española, localista, con un toque romántico, sin ninguna estrella en el reparto, convertida en el fenómeno de taquilla más comentado de los últimos años y en tema de conversación en el metro, en los bares, en los cafés de las oficinas… merece una reflexión. Con el peligro que conlleva extraer reflexiones sobre las «razones» que expliquen lo que pasó, ofrezco mis ocho conclusiones:
1. La TV les dio a conocer
Telecinco, Cuatro y sus temáticas hicieron un precalentamiento muy potente. La película producida por Mediaset tenía garantizada una fuerte presencia en TV por los canales del holding.
Además, otras cadenas quisieron aprovechar el tirón de sus protagonistas para sus propios programas y contenidos. Sin ir más lejos, El Hormiguero, que invitó a la pareja protagonista.
2. El tirón de Dani Rovira… y cómo explotarlo
Dani no es actor. Dani es monologuista. Se escribe los guiones, sabe lo que le va y lo que no. Sabe hablar de los lugares comunes como pocos y además gusta… y mucho. Sus monólogos son de los más seguidos tanto en TV como en Youtube: algunos han superado los dos millones de visionados. Entre sus seguidores tiene muchos jóvenes; Rovira cae bien, se hace querer. Y su muy activa participación en la promoción movilizó a una legión de seguidores… Sinergias, se llama. Saber vender, lograr visibilidad sin especiales costes.
3. Reírse es sano… con un poco de inteligencia, más
Como vimos con el caso de Intocable, es difícil hacer una película que guste a mucha gente -a toda la familia, a la mayoría de los críticos cinematográficos- sin provocar apenas rechazo. Es más fácil que funcionen comedias juveniles gamberras, como Fuga de cerebros, Resacón en Las Vegas y secuelas, etc.
4. Primera película que sabe reírse de tabúes
Con la que caía (y está cayendo) en España con el tema de los nacionalismos y van un par de jóvenes guionistas y se atreven con una historia que se toma a broma los tópicos sobre andaluces y vascos… Y no pasa nada. No pasa, no ofende porque ridiculiza tanto el cliché que no se puede tomar como crítica sino como lo que es, parodia extrema de situaciones en las que todos nos hemos visto envueltos en algún momento. ¿O es que nadie conoce un chiste de vascos o andaluces? El propio título ya es un alarde de ironía jocosa.
5. Diseño y cuidado por el detalle
Si algo me gustó de la campaña de lanzamiento fue el cartel. Lo dice todo: sus valores y sus intenciones. Es honesto y bonito, llamativo y eficaz. La tipografía, los colores, etc., están muy cuidados: se salen de lo visto con originalidad y llamando mucho la atención. Toda la campaña en vallas, toda la cartelería fue un gran acierto. En el momento del estreno, Madrid apareció empapelada con las caras de los cuatro protagonistas. «Esta película es muy graciosa, estamos los que estamos y hablamos de vascos».
6. La estrategia en redes sociales. El marketing del siglo XXI
Se llevó a cabo una buena estrategia viral. Dani Rovira concedió más de treinta entrevistas el día antes del estreno. La cuenta de Twitter se creó con dos meses de antelación. Más de 230.000 fans siguieron el perfil de Facebook… Por la red circulaban a toda pastilla diez clips de menos de un minuto de duración.
Si estabas en la red te enterabas a la fuerza.
7. El boca oreja mezclado con el éxito llama al éxito
El tam-tam funciona. Pongamos un ejemplo: Vas un viernes al cine. No tienes claro qué película ver. Lees que hay una sala donde pone «No hay localidades». La siguiente vez que vas al cine seguro que no dejas de ir a verla. Y si no, te lo dirán todos tus amigos, lo oirás en la radio y en la TV, lo leerás en los periódicos. No tienes más remedio que verla. Es una película de moda.
8. Un poquito de suerte, que siempre es necesaria
La coincidencia con el estreno de la semana del cine favoreció una carambola inesperada. Una cantidad grande de espectadores que habían abandonado la costumbre de ver películas en las salas de cine, volvieron justo cuando se puso de moda hablar de vascos. Suerte, sí, pero como siempre, hay que buscarla y estar preparado para aprovecharla.
Mi padre alardeaba de que tenía un montón de apellidos vascos. Entenderán que yo no tenía más remedio que pasar por taquilla y ayudar a que Ocho apellidos vascos se convirtiera en la película española más vista en España. Un récord absoluto. Ahí queda eso.
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