· Publicidad y cine: En 1984, Apple lanzaba un nuevo Macintosh con un spot llamativo de TV. Todos concluyen en la importancia de quien lo rodó: un tal Ridley Scott.
En enero de 1984, la empresa Apple lanzaba al mercado un nuevo Macintosh. Como ya ha sido tradición duradera en la empresa, la presentación fue un hito, algo que han sabido mantener hasta la fecha.
Se hizo un spot de TV para emitirlo en la Super Bowl, el programa de más audiencia del año en Estados Unidos. El anuncio alude a la novela de George Orwell, 1984, que describe un futuro gobernado por un televisado Gran Hermano en el que todas las personas están alineadas y no tienen personalidad ni criterio.
El spot mostraba a una heroína sin nombre vistiendo zapatillas deportivas rojas, shorts rojos y un top blanco con la imagen de una manzana y un computador, corriendo con un martillo a través de muchas personas sentadas en butacas hacia una pantalla con la imagen del “Gran Hermano” (“Big Brother”), una representación de IBM. La heroína se detenía frente a la pantalla, giraba sobre sí misma y lanzaba el martillo hacia la pantalla, haciéndola explotar.
A continuación se mostraba en pantalla y se oía el mensaje: “On January 24th, Apple Computer will introduce Macintosh. And you’ll see why 1984 won’t be like 1984” (El 24 de enero, Apple Computer presentará Macintosh, y verás por qué 1984 no será como 1984”), fundiéndose al final a una imagen del logo de la manzana arcoirisada de Apple sobre fondo negro.
En realidad, es una metáfora donde la mujer inconformista es la salvadora de la humanidad conformista… y la humanidad es salvada del PC, el producto de la competencia, IBM.
La agencia que desarrolló el concepto la dirigía Lee Clow, un reputado publicista, con el que Jobs se entendía muy bien, a pesar de que el resto del consejo de Apple “odiaba” el spot.
Hoy se considera uno de los mejores anuncios de todos los tiempos y la prestigiosa revista publicitaria Advertising Age lo nombró en los 80 “El anuncio de la década”. Vale la pena leer varios análisis que hay en la web sobre la influencia y relevancia de ese anuncio. Todos concluyen en la importancia de quien rodó dicho spot: un tal Ridley Scott.
Scott acababa de lanzar su tercera película, Blade Runner, cuya estética se asemejaba a lo que los creativos querían. En el making of del spot se puede comprobar la minuciosidad en la elección de todos los componentes para dar con el resultado que se perseguía.
Hasta entonces, Scott solo había estrenado tres largos: Los duelistas (1977), Alien, octavo pasajero (1979) y Blade Runner (1982). En 1977, Scott tenía 40 años e iniciaba una larga carrera en la que ha dirigido 22 cintas, ganando el Oscar a la mejor película en 2000 por Gladiator.
Scott afirma que “la publicidad te enseña todo tipo de cosas que no aprendes cuando vas a clase. Las escuelas de cine tienden a enseñar solo temas esotéricos. La gente suele olvidar que el resultado final debe ser conseguir comunicarse con la audiencia”.
Junto con sus hermanos, Jordan y Tony (ya fallecido), montó una de las productoras de publicidad más potentes del mundo, RSA Films (Ridley Scott Associates), donde ha dirigido más de 2.000 piezas (www.rsafilms.com), en la que además de la producción de spots realizan cortos y tráileres.
“Scott es conocido por el cuidado con el que prepara cada plano, durante horas si es necesario. Su impactante estilo visual, producto del detalle en el diseño de producción y la iluminación (muchas veces usada de forma totalmente novedosa) ha sido una influencia decisiva en una nueva generación de directores, que no han dudado en aprovechar y sacar partido de sus conocimientos aprendidos en la publicidad o los video-clips”, destaca Ana Sebastián en su artículo “Ridley Scott: el cine histórico por el filtro de la publicidad”.
Los directores de cine cuando trabajan en publicidad tienen que hacer un esfuerzo importante para plasmar en piezas audiovisuales de no más de 3 minutos una historia que consiga los objetivos que persigue el anunciante. Para ello han de contar con una excelente capacidad de planificación, concreción y un equipo que cuide de todo al mínimo detalle. Como veremos a lo largo de esta serie de artículos que irán apareciendo en nuestra revista, directores de cine de mucho renombre están dirigiendo cada vez más piezas (no se les puede llamar spots, ya que muchos son cortos, como veremos en la serie que realizó BMW a principios del año 2000) con fines puramente comerciales.
El español José Luis Borau lo tenía claro: “yo creo que el cine publicitario es una etapa por la que deberían pasar todos los directores. Un par de años haciendo publicidad no vienen mal a nadie”. Muchos directores de cine españoles vienen de la realización publicitaria. Existe una productora de publicidad que ha incorporado a directores de cine jóvenes que comenzaron sus pasos en publicidad como Juan Carlos Fresnadillo (Intruders), Óskar Santos (Zipi y Zape y el Club de la Canica) o Borja Cobeaga (Pagafantas).
En el siguiente capítulo nos acercaremos a las obras publicitarias más destacadas de Wes Anderson, David Lynch, David Fincher y otros. En la tercera entrega analizaremos la serie The Hire, producida por BMW Films y realizada por 9 directores de primer nivel. Y cerraremos con la realización publicitaria en España que incluye nombres como Erice, Bayona y Coixet.
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