Se sabe, yo acabo de descubrirlo, que Eisenstein se consideraba discípulo de El Greco, este libro nos descubre sus razones.
«¡Qué cinematográfico era todo lo que este viejo español hacía!», es una de las rompedoras frases con que arranca el ensayo; y comentando los cuadros Vista y plano de Toledo, Toledo con el puente de Alcántara y Vista de Toledo bajo la tormenta explica la teoría del montaje ideológico y cómo El Greco ha realizado un paisaje que no existe, seleccionando y disponiendo cada elemento de una forma única que no se da en la realidad, sino que forma un retrato subjetivo del autor.
Del mismo modo habla, con ocasión del cuadro Los mercaderes expulsados del templo, del montaje de personajes extraídos de otros lugares, y su disposición en la nueva tela, menciona sus comienzos como pintor de icono a la hora de influir en esta forma de trabajar.
A propósito de la luz, al comentar los cuadros Fábula y Muchacho encendiendo una candela, dice «es interesante señalar aquí que la luz a lo Rembrandt es introducida en la plástica mucho antes del nacimiento de Rembrandt (15 de julio de 1606) por el cineasta (palabra y negrita en el texto de Eisenstein) español El Greco«.
Habla el director ruso, en pocas páginas, del encuadre dinámico, del objetivo de 28mm, de los colores complementarios, de… muchas cosas que es más rápido -y vale la pena- leer más que comentar. Encuentra un actor principal en muchas de sus telas, y se atreve a decir «sus cuadros que no están representados, sino actuados».
Y concluye «hemos echado una rápida ojeada sobre variados elementos de la obra de El Greco y descubrimos rasgos cinematográficos asombrosamente sutiles, pertenecientes a todas las facetas de este oficio e inherentes a sus métodos de trabajo».
El Greco, cineasta / S. M. Eisenstein
Intermedio. Barcelona, 2014. 152 páginas. 12,95 €.