Con 78 años, la carrera cinematográfica de Martin Scorsese (Queens, Nueva York, 1942) es una de las filmografías más brillantes del Hollywood del último medio siglo. En su juventud aprendió a hacer cine en compañía de George Lucas, Steven Spielberg, Francis Ford Coppola o Brian de Palma, con los que siempre ha mantenido amistad y colaboración.
En esta breve monografía de Tomas Fernández Valentí, crítico de cine desde hace casi cuatro décadas en Imágenes de actualidad o Dirigido por, hay un interesante equilibrio entre la información biográfica y el análisis fílmico. Desde su imponente aparición en Hollywood con Malas calles (1973), su sello visual, la atmósfera permanente de violencia y la diversidad de argumentos y formatos han marcado su trayectoria. Junto a obras paradigmáticas del autor como Taxi Driver (1976), Uno de los nuestros (1990), Casino (1995) o El irlandés (2019), este prolífico realizador con casi 70 películas dirigidas en 48 años de carrera ha sorprendido al espectador con títulos dispares y valiosos: New York, New York (1977), Toro salvaje (1980), El rey de la comedia (1982), La edad de la inocencia (1993) o Silencio (2016).
El autor de esta monografía muestra también las derivas vitriólicas de Marty, en muchas ocasiones derivadas de su condición de niño mimado de Hollywood. Por ejemplo, el único Oscar de su carrera lo obtuvo en 2006 por una de sus películas más histriónicas, Infiltrados, y su título más taquillero hasta la fecha es la excesiva e insustancial El lobo de Wall Street (2013), que logró ingresar casi 400 millones de dólares con un presupuesto de 100.
Quizás las mejores páginas del libro son aquellas en las que muestra el entusiasmo inagotable de Scorsese por la música y el séptimo arte, volcados en documentales imprescindibles: Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story (2019), Una carta a Elia (2010), Mi viaje a Italia (1999), Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano (1995), El último vals (1978).
La selección de textos de entrevistas al director es muy interesante. Entre ellas destaca el recuerdo de uno de los momentos más abismales de este cineasta volcánico. Era el año 1977, y tenía la confianza de los estudios y el favor del público para arriesgarse con un género nuevo para él, el musical, después del éxito de Malas calles, Alicia ya no vive aquí y Taxi Driver (Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1976). Entonces se le llamaba el “Rey de la improvisación” y él se lo creyó. “New York, New York fue algo experimental y, mirándolo con perspectiva, creo que nunca nos debieron dar tanta libertad. Fue una chapuza y resulta milagrosa que la película tenga algún sentido”.
En esta sincera declaración se explican la genialidad y descontrol de su vida y obra artística, que han sobrevivido a múltiples conflictos matrimoniales, una adicción a las drogas en su primera época de madurez, y varias películas fallidas: El cabo del miedo (1991), Kundum (1997), Al límite (1999) o Gangs of New York (2002).
Martin Scorsese: Un infiltrado en Hollywood
Tomás Fernández Valentí
Ediciones Carena. Barcelona (2008)
182 páginas. 18,05 €