“No lo comprendo, no lo comprendo”. Conversaciones con Akira Kurosawa
· La vida y la obra del realizador japonés desfila por las páginas de un libro ameno y enjundioso.
Este hermoso y pequeño libro reúne las conversaciones de Donald Richie, Nagisa Oshima y Gabriel García Márquez con el director japonés Akira Kurosawa (1910-1998). Los textos publicados respectivamente en 1960, 1993 y 1991 vienen precedidos por una introducción de Donald Richie, autor de The Films of Akira Kurosawa, el libro que editó en 1965 la Universidad de California y fue el más destacado análisis hasta la fecha del cineasta que dirigió posteriormente ocho películas más, estrenadas entre 1965 y 1993: Barbarroja, Dodesukaden, Dersu Uzala, Kagemusha, Ran, Los sueños de Akira Kurosawa, Rapsodia en agosto y Madadayo.
La vida y la obra del realizador japonés desfila por las páginas de un libro ameno y enjundioso, que nos presenta a un director que no quiere “explicar” sus películas porque cree que ellas hablan por sí mismas. A la vez, afirma que su vida es su cine.
Queda claro el carácter difícil de un autor que llega al cine procedente de la pintura, marcado por el suicidio de su hermano y por el drama de un país atormentado por la guerra y la devastación atómica. Áspero y franco, desde su infrecuente metro ochenta y dos de estatura, Kurosawa se expresa con rotundidad (su apodo nada elogioso en el mundillo del cine japonés era el Emperador), confiado en unos interlocutores que se le acercan afable y respetuosamente, como buenos conocedores que aprecian su obra.
“¿Sabe con qué película he disfrutado más? -dice en una de las entrevistas- Con Caballos (Uma), pero de eso hace mucho tiempo, en 1941. Era una película de [Kajirô] Yamamoto y yo era el asistente del director, pero no ha habido otra película en la que pusiera tanto interés. El director es como un gran señor, y el ayudante del director es como un criado enamorado en secreto y sin esperanza de la mujer del director (…). No he dejado de leer en la prensa extranjera artículos que ofrecen una idea falsa sobre mi obra. Pero, por otra parte, la crítica japonesa sigue y seguirá diciendo lo occidental que soy”.
Admirador confeso de la genialidad de Dostoievski y devoto de Shakespeare, Kurosawa, siempre en busca de un tempo ágil en su cine, menosprecia hasta cierto punto la morosidad de la narrativa fílmica japonesa tal y como se percibe desde Occidente por considerarla poco profunda y aburrida. Sale al paso de la realidad de ser valorado más en Occidente que en su propio país.
No hay que olvidar que sus últimas películas fueron posibles gracias al apoyo de grandes directores norteamericanos como Spielberg y Lucas. Deja claro Kurosawa que su director japonés predilecto es Mizoguchi, aunque agradece que Ozu le facilitara el camino para hacer algunas de sus películas superando la censura japonesa. Sorprende ver la opinión tan buena que tiene de la industria del cine norteamericana.
Un libro útil. Bienvenido sea.
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No lo comprendo, no lo comprendo
Conversaciones con Akira Kurosawa
Confluencias. Almería, 2014
110 páginas. 12,00 €