Ver cine. Los públicos cinematográficos en el siglo XX
Al poco de su nacimiento, el cine ya se convirtió en un instrumento de seducción, silente hipnotizador que cautivaba a quienes se acercaban a descubrirlo. Primero sólo era una atracción de feria, un «mero entretenimiento de criados y chiquillas», según lo calificaba El Heraldo de Madrid en febrero de 1930. Del negocio se pasó a la industria, con su corte de rostros y estrellas que encandilaba a los aficionados.
Al final, unas cuantas mentes brillantes descubrieron que el cine podía ser una poderosa arma de propaganda y una novísima forma de hacer arte colectivo. En esta trayectoria, las películas siempre han perseguido un objetivo: impresionar al público que se sentaba delante de un lienzo blanco para disfrutar de la ilusión del movimiento.
Ver cine es un estudio sobre el nacimiento y evolución de los públicos cinematográficos durante el siglo XX. Las III Jornadas Internacionales de Historia y Cine, celebradas en noviembre de 2000 en la Universidad Complutense, son el germen de la obra. José-Vidal Pelaz, de la Universidad de Valladolid, y José Carlos Rueda, de la Complutense, se han encargado de editar los textos de un simposio que contó con Román Gubern, Antonio Sánchez-Escalonilla, Pierre Sorlin, John K. Walton, Concha Langa o Mercedes Montero, entre otros analistas del mundo del audiovisual.
A lo largo de Ver cine, el lector conocerá, entre otros datos de interés, qué tipo de público acudía a las salas en la España de primeros del pasado siglo, las películas que se proyectaban en Sevilla durante la Guerra Civil o los cambios en los gustos y conductas del espectador español a raíz de la Transición.
Puede que Ver cine esté más dirigido al sociólogo que al cinéfilo pero no deja de ser interesante, ameno y una obra que transmite que ha habido una extensa labor de documentación. Los extractos de críticas, crónicas y artículos sobre el Séptimo Arte, su público y las salas de proyección rescatados de diarios nacionales de principios del siglo XX (El Heraldo de Madrid, Arriba, ABC o El Sol) no tienen desperdicio.
Ver cine. Los públicos cinematográficos en el siglo XX
José-Vidal Pelaz y José Carlos Rueda (eds.)
Rialp, 2002
245 páginas