Vértigo y pasión
Pensador y filósofo, Trías fue cinéfilo y dedicó varios libros al Séptimo Arte. Sobre Vértigo ya había escrito en su libro Lo bello y lo siniestro.
Vértigo y pasión está dividido en dos partes. En la primera, hace una aproximación a la forma y contenido de la película, lo que le lleva a tratar el conjunto de la obra de Hitchcock, sus temas recurrentes, y analizar otras películas de este autor, muy particularmente La ventana indiscreta, Los pájaros y Psicosis. La segunda parte es un análisis detallado de Vértigo, que Trías concibe como una sinfonía en cinco movimientos. El libro se cierra con dos breves textos complementarios, uno sobre “El criterio estético”, el otro sobre “Goya y Beethoven”.
Como en todo buen ensayo, el lector descubrirá que admite discusión, que se puede discrepar en parte o en todo, que se puede matizar… Y claro, en ese camino lector se logra una reflexión profunda.
“Pienso -escribe Trías– que en toda obra de arte existe, junto a su principio interno de organización, un principio interno que se le opone. La pauta artística a la que voy a referirme es algo en nada unívoco. Y los hechos vivos tampoco lo son. La vida está hermanada a la muerte; eros a thanatos”. De ahí que aborde el gran ciclo amor, pasión y muerte que impregna la cultura occidental: “Vértigo lleva hasta su límite absoluto el gran tema del amor-pasión entretejido con la pulsión de muerte”. No en vano, el subtítulo de Vértigo es “De entre los muertos”, y la pareja Judy/Madeleine-Scott es un remedo de Orfeo y Eurídice.
Habla Trías del gran juego de ocultación y revelación a golpe de alusión, a golpe de símbolo, que llena la cinta: “En Vértigo, el tema contextual, que constituye el objeto y referente de última instancia, viene cifrado por un nombre toponímico que domina toda la película: las puertas del pasado”. Colores y emociones, luces y sombras. Esquemas, imágenes y laberintos; espirales y repeticiones. Aprecia Trías una construcción perfecta, llena de sugerencias, que se potencia por la música oportunísima. “En cierto modo -concluye Trías-, toda obra de arte es un mundo. Y ese carácter va desvelándose en la recepción, y en las sucesivas interpretaciones que desencadena, a través de las cuales se va descubriendo, o reconociendo, la pauta interna que constituye tal obra en un pequeño mundo. Es más: toda obra de arte refleja el mundo en el cual se implanta. Lo descubre, lo pone al descubierto”.
Vértigo y pasión / Eugenio Trías
Taurus. Madrid, 1998. 238 páginas. 16,95 €.