Fallece la diseñadora de vestuario Yvonne Blake
Fallece Yvonne Blake | Este martes en Madrid, falleció a los 78 años de edad la gran diseñadora de vestuario
Se ha conocido hoy la triste noticia del fallecimiento de Yvonne Blake, diseñadora de vestuario y presidenta de honor de la Academia de Cine. Elegida presidenta en funciones en julio de 2016 y ratificada en octubre de ese mismo año, Blake (Manchester, 1940) fue la quinta mujer que ha presidido la Academia, cargo al que llegó acompañada por Mariano Barroso y Nora Navas.
El pasado mes de enero, Blake sufrió un ictus que le obligó abandonar su puesto y fue sustituida por el director y guionista Mariano Barroso, que finalmente fue elegido presidente de la Academia de Cine el pasado 9 de junio.
Responsable del vestuario de cerca de 60 producciones –Los fantasmas de Goya y Encontrarás dragones han sido los últimos-, ha trabajado con François Truffaut, Franklin J. Shaffner, John Sturges, Richard Donner, Paul Verhoeven, Peter Bogdanovich, Gonzalo Suárez, Jose Luis Garci y Jaime Chávarri, entre otros muchos cineastas, y vistió en la gran pantalla a Marlon Brando, Audrey Hepburn, Sean Connery, Julie Christie, Michael Caine, Omar Shariff, Lawrence Olivier, Gene Hackman, Charton Heston, Elisabeth Taylor, etc.
Rescatamos un artículo de nuestra compañera Marga Velar, en el que abunda en la prolífica carrera de esta diseñadora angloespañola:
“Lo hermoso de esta profesión es que con cada película aprendes cosas nuevas, hace que te sientas como si fuera tu primera experiencia y cada película representa un problema nuevo y distinto. Y, a mí, personalmente, me gusta convertir cada problema en un desafio artístico”.
Yvonne Blake, una inglesa de Manchester afincada en España desde los años 70, es una de las grandes del diseño de vestuario en el cine de los últimos 50 años. Obtuvo el Premio Nacional de Cinematografía en 2012.
Ganadora del Oscar en 1972 por Nicolás y Alejandra y de cuatro Goyas (Remando al viento, 1988; Canción de cuna, 1994; Carmen, 2004, El puente de San Luis Rey, 2005), Blake se formó brevemente en el College of Art de Manchester para desembarcar con sólo 18 años en Londres y empezar a trabajar en el gran taller de Bermans, la prestigiosa sastrería para teatro y cine. Son años de aprendizaje, sin aparecer en los créditos, años como ayudante de la diseñadora jefe, de conocimiento cercano del arte y del negocio, de los proveedores, de la forma de trabajar, del uso del stock para figurantes y protagonistas, de la ambientación de telas. Hay trabajos para la Hammer, para la Festival Ballet Company de Londres.
Con 22 años, Blake participa en el diseño de producción de Fahrenheit 451, de Truffaut, y firma su primera película como diseño de vestuario, La Venus de la ira (Judith, 1966) protagonizada por Sophia Loren y Peter Finch. No ha parado desde entonces: su última película, Encontrarás dragones, de Roland Joffé, se estrenó en marzo de 2011.
La excelente monografía de Víctor Matellano (Diseñado por… Yvonne Blake. Figurinista de cine. Fundación Autor. Madrid 2006.) es imprescindible para acercarse a los diseños y las ideas de Blake (expresadas con una claridad y una sensibilidad fuera de lo común). Matellano ha tenido el gran acierto de vertebrar el discurso de un libro bellísimamente ilustrado con muchas declaraciones textuales de Yvonne Blake que rememora aspectos específicos de su trabajo en las diversas películas.
Ha trabajado con grandes directores, sabiendo reinventarse como creadora en una carrera desarrollada fundamentalmente en Londres, Los Angeles y Madrid. No hay ningún género y época que Blake no haya sabido vestir con un trabajo concienzudo y el conocimiento de las empresas (las londinenses Angels y Cosprop -su predilecta-, las españolas Cornejo y Peris, Western Costume Company en Hollywood) que han de confeccionar sus diseños.
Tanto en películas de actualidad, donde estudia a fondo el perfil psicológico de los personajes, como en cintas de época, donde la elección del tejido es clave para evitar el efecto disfraz de carnaval. De Jesucristo superstar a Superman, pasando por Looking for Richard, Bearn, Robin y Marian, Más allá de los sueños o Ha llegado el águila. 52 películas con su firma.

A través de una moda actual, que el espectador está acostumbrado a ver, Blake consigue vestir a cada uno de los personajes de forma que dejen la huella adecuada, ni más, ni menos. “Me cuesta más hacer una gabardina para Javier Bardem en El detective y la muerte, que algo histórico. El vestuario para películas ambientadas en la actualidad no está suficientemente valorado, y es difícil y menos agradecido”.
En la comedia El espía de la nariz fría (1966), con Jennifer Jones como protagonista, se inspiró en uno de los diseñadores del momento, Courrêges. Brindó un homenaje a los diseñadores españoles en El detective y la muerte con diseños de Adolfo Domínguez y una clara inspiración de Balenciaga en el vestuario de Charo López.
Blake concibe el vestuario como una guía para la interpretación. En esa línea, un actor como Robert DeNiro ha elogiado a la diseñadora, con la que trabajó en El puente de San Luis Rey (2004).
En la cabeza de Blake, en su archivo, convive una gran cantidad de información que maneja con gran rapidez relacionando todo el contenido de su background y poniéndolo al servicio del director de la película, que no siempre sabe explicar lo que quiere, pero que a fin de cuentas es quien decide.
En todo este mundo de inspiración, tiene una gran importancia la cultura española muy presente en casi todas sus grandes creaciones. En la violenta Los señores del acero (1985), del director Paul Verhoeven, “un guión demasiado flesh and blood” que no gustó a Blake, el estilo se inspira en grabados de Durero y en cuadros de El Bosco, con un estudio detallado para reinventar el acuchillado en mangas del siglo XVI.

Pero también se atreve con épocas futuristas. En Superman hizo un fantástico trabajo en la elección de los tejidos. Blake conoce el lenguaje audiovisual y su diálogo con directores, guionistas, actores y directores de fotografía le permite encontrar las soluciones adecuadas.
Este conocimiento le permite asumir riesgos y trabajar una historia de contrates a través del color como ocurre en James Dean (2001), de Mark Rydell, director de En el estanque dorado. Fahrenheit 451, de Francoise Truffaut, nos muestra uno de los primeros trabajos de Blake con una importante carga de diseño. La figurinista marcó muy bien los personajes a través de estilos y conceptos tan variados que no han envejecido, aunque la película sí lo haya hecho.
Los hombres-libro (Blake hizo un cameo como mujer-libro, La cuestión judía) visten prendas sobrias elaboradas con tejidos naturales en contraste con los de la ciudad, más modernos en los que predominan los materiales sintéticos de brillo artificial.
Los que leen, humanizados; frente a los “cabezas huecas”, artificiales… y con ellos los bomberos, el tercer equipo protagonista, parecen salidos de una película expresionista con elementos militares de la II Guerra Mundial, evocando a los soldados nazis. Protagonistas de la barbarie cultural, argumento del filme, el holocausto intelectual del hombre.
Es hermoso el piropo que el director de Amadeus, Milos Forman, con quien Blake trabajó en Los fantasmas de Goya, le dedicó: “Si alguien me preguntara en qué siglo me gustaría vivir, excluiría, por razones personales, el siglo XX. ¿En qué otro? En cualquiera. Siempre y cuando mi vestuario fuese diseñado por Yvonne Blake”.
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