Sofia Coppola y la moda
Sofia Coppola y la moda | En el aspecto visual, el cine de Coppola se ha convertido en un estilo en sí mismo. No hay verano que alguna revista de moda no hable de Las vírgenes suicidas (1999) como referente de vestimenta para la temporada estival.
En un encuentro entre Sofia Coppola y Grace Coddington, esta última le dice a la directora que a través de sus películas puede ver el amor de Coppola por la moda.
Ese amor forma parte de un estilo personalísimo que tiene la directora californiana en toda su obra cinematográfica. Sofia Coppola y la moda.
Si analizamos toda su filmografía, no es difícil ver los puntos en común de todas ellas o, mejor dicho, los rasgos que caracterizan su trabajo, tanto en el aspecto narrativo como en el visual. En todas ellas aparecen mujeres adolescentes o preadolescentes, con un mundo interno inusual para sus edades; y los hombres que las acompañan, no solo juegan un papel importante en sus vidas, sino que parecen sacar de ellas una faceta que no conocían.
En el aspecto visual, el cine de Coppola se ha convertido en un estilo en sí mismo. No hay verano que alguna revista de moda no hable de Las vírgenes suicidas (Sofia Coppola, 1999) como referente de vestimenta para la temporada estival. Pero no solo por el vestuario, en su filmografía la directora crea mundos oníricos, que parecen encapsular el tiempo y el lugar en una imagen de tonos pastel, con pocos contrastes y con planos de larga duración, dando lugar a atmósferas con un halo de un sueño y texturas y colores como si fueran cuentos.
En varias ocasiones, Sofia Coppola ha afirmado que fue su madre, Eleanor Jessie Neil, la que le inculcó el amor por el arte y le brindó la oportunidad de conocer un gran número de referencias artísticas del mundo de la música, el arte, el cine, la fotografía y la literatura. Esto, unido al consejo que le dio su padre, Francis Ford Coppola, el ser fiel a ella misma en todo momento, ha dado lugar a películas con una visión muy personal, que cuentan historias muy concretas desde un punto de vista particular. Esto se puede ver de manera muy clara en Maria Antonieta (Sofia Coppola, 2006). La historia se centra en la Maria Antonieta adolescente preocupada por ser madre.
Sofia Coppola empezó trabajando de becaria en Chanel y su trabajo, su estilo y personalidad inspiraron a Marc Jacobs para lanzar un bolso con su nombre. Como dice Grace Coddington, Sofia ama la moda y lo ha plasmado en sus películas.
Para su primer trabajo, Las vírgenes suicidas, la directora eligió basarse en la primera novela de Jeffrey Eugenides.
Coppola quiso crear el estilo visual de la película buscando muchas referencias entre las que destaca el libro Suburbia, del fotógrafo estadounidense Bill Owens. Este libro muestra una serie de fotografías sobre el estilo de vida americano de familias de las afueras durante los años 70. La utilización de los espacios, los barrios de los suburbios y esas personas fueron inspiración para Coppola, quien, en un primer momento, quiso dedicarse también a las labores de vestuario para poder completar ese look de estampa setentera que ella quería. Sin embargo, pronto se dio cuenta de lo importante y lo vasto que era el trabajo y se lo encargó a Nancy Steiner, diseñadora de vestuario de películas de corte independiente. Aunque la responsabilidad cayó en Steiner, Sofia Coppola estuvo totalmente involucrada y ambas trabajaron mano a mano. Ninguna pensó que la estética que creaban se convertiría en icono e inspiración para muchas jóvenes.
Para el vestuario, la diseñadora visitó numerosas tiendas vintage de Los Angeles y de Toronto, buscando piezas que había visto en películas y fotografías de la época. El trabajo más difícil fue el poder dotar a cada hermana Lisbon de su personalidad, a través del vestuario, y que todo tuviera una coherencia, puesto que son personajes que viven en un barrio de las afueras y no podían tener muchas tiendas donde elegir la ropa que comprar. Así, Lux, interpretada por Kirsten Dunst, es la más seductora, la pequeña Cecilia es la más descuidada, Mary la más comedida, todas bajo la supervisión de su madre, interpretada por Kathleen Turner. Para los vestidos blancos del baile, Steiner quería reflejar la idea de una madre que había comprado la misma tela, utilizado el mismo patrón y confeccionado unos vestidos similares para todas ellas, destacando así las joyas y adornos que las chicas habían elegido para la ocasión, cada una con su estilo. Todas ellas vestidas de blanco, un patrón que Coppola volvería a utilizar en La seducción (Sofia Coppola, 2017), un grupo de mujeres atrapadas, también vestidas de blanco.

Para su siguiente película, la que los críticos consideran la mejor, Lost in translation (Sofia Coppola, 2003), la directora volvió a contar con Nancy Steiner. El guion lo escribió Coppola y para el vestuario de su protagonista, Charlotte, interpretado por Scarlett Johansson, se inspiraron directamente en la forma de vestir de la propia Coppola. Otra vez, directora y diseñadora trabajaron juntas para conseguir ese aspecto sencillo pero sofisticado. Contaban con poco presupuesto, así que intentaron pedir a varias marcas que si querían involucrarse en el proyecto. Lo consiguieron. Marcas como A.P.C. o Agnès B. les cedieron prendas para el vestuario y junto con la firma de ropa de la propia Coppola (que actualmente solo se vende en Japón), Milkfed, consiguieron esa estética desenfadada, muy cercana a lo que luego se denominaría normcore. Para el vestuario de Bob Harris, interpretado por Bill Murray, escogieron trajes de la marca Helmut Lang.
De la soledad va esta película en la que priman los colores fríos de los días de lluvia, un impersonal hotel se convierte en la casa de sus protagonistas y la estética japonesa de colores chillones y luces de neón se mezcla con la tristeza de Charlotte y Bob.
La tercera película de Coppola, Maria Antonieta, es un carrusel de colores y una mezcla de talentos a disposición de una historia de una adolescente que quiere disfrutar y divertirse. Milena Canonero, Manolo Blahnik y la propia Sofia trabajan para conseguir esa estética desenfadada, en la que priman los colores pastel, y en la que vestidos, tocados, abanicos, zapatos, flores, pasteles, macarons, tartas, vajillas y paredes conforman un todo, una atmósfera con personalidad que fue el inicio de una estética y que puso de moda el mundo cupcake. Esta película supuso otro Oscar en la carrera de Milena Canonero y se ha dicho de sus diseños que el vestuario de la película es la mejor reinterpretación cinematográfica de la vestimenta del siglo XVIII. En enero de 2018, el Museo del Tessuto dedicó una exposición al trabajo de la diseñadora italiana en esta película.

En este filme, Coppola vuelve a la historia de una adolescente, Maria Antonieta, interpretada por Kirsten Dunst, que disfruta de una vida de lujos pero con una preocupación, la de ser madre. A la directora no le importa Maria Antonieta reina, le interesa los sufrimientos y alegrías de una adolescente. Kirsten Dunst ha comentado, con motivo del estreno de La seducción en el Festival de Cannes, que no duda en aceptar los papeles que le ofrece Coppola. Al empezar su carrera de actriz, muchos le recomendaban que se arreglara los dientes y fue la directora quien le aconsejó que no lo hiciera. Para Dunst, fue la cineasta quien le dio por primera vez la confianza de ser ella misma.
A partir de The Bling Ring (Sofia Coppola, 2013), la realizadora contaría con Stacey Battat para sus tres siguientes películas. Es en esta primera donde la ropa juega un papel especial, puesto que se trata de un elemento de guion importante. Un grupo de jóvenes de Los Angeles se dedican a robar ropa y complementos de varias celebridades, entre ellas Paris Hilton y Lindsay Lohan. En ocasiones, como en el caso de Hilton, se utilizaron su casa y su vestidor de verdad.
La diseñadora quería representar a través de Nicki, su protagonista, interpretada por Emma Watson, la personalidad de estas jóvenes. No tienen mucho gusto en el vestir, simplemente se ponen lo que roban, por el mero hecho de pertenecer a una persona famosa. Para ello, marcas como Dior, Louis Vuitton y Dolce & Gabbana cedieron bolsos para utilizar durante el rodaje, y a ellos Battat añadió prendas de piel, chándales brillantes, ropa ostentosa, vaqueros muy llamativos y muchos accesorios que no fueran nada elegantes.
En su última película hasta la fecha, La seducción, Coppola se sentó con Battat para discutir sobre la paleta de colores que la primera quería utilizar para contar la historia. Tenía una idea muy clara de cómo quería que aparecieran ese grupo de mujeres. Quería que tuvieran un ligero aire de fantasmas, de personas del pasado pero extrañamente hermosas.
La diseñadora no se tomó muchas licencias creativas, excepto una, el color. Fue fiel a la época en formas, diseños y telas utilizadas, sin embargo usó una paleta de colores poco creíble. No parece real que en época de guerra, donde hermanos, padres y amigos de las protagonistas se están jugando la vida, ellas vayan de colores blanco y pastel. Pero de esta forma podía representar la idea de seres fantasmales que quería Sofia Coppola. La fidelidad del vestuario de esta película se puede apreciar en el proceso de creación de éste. Stacey Battat fue a la biblioteca del Met y estudió los tejidos de la época, cómo se teñían entonces y cómo se trataban. Después, pensó qué medios tenían estas chicas y así fue elaborando el vestuario de cada una de ellas. Cada personalidad queda reflejada en los complementos y el tipo de vestidos que usan, por ejemplo el personaje interpretado por Kirsten Dunst refleja que es una mujer instruida que antes de la guerra vivía en la ciudad.

No solo a través de sus películas podemos ver la importancia que tiene la moda en el mundo de Sofia Coppola. La directora ha realizado cuatro spots de campañas para marcas como Dior, Cartier y H&M. Su atmósfera etérea, los colores vivos pero con un aura de sueño impregnan estos anuncios. Además, uno de sus últimos trabajos ha sido la dirección de la ópera de La Traviata con vestuario de Valentino, otro hecho que muestra el interés de la directora por el mundo de la moda.
A través de su pequeña filmografía, Sofia Coppola ha creado un estilo tan característico en fondo y forma que su nombre se ha convertido en adjetivo, no solo para referirse a su cine, también a una estética o, incluso, a un estilo en el vestir. Su conocimiento de la moda ha contribuido a ello. Como una Phoebbe Philo del cine, Coppola es sencillez y buen gusto. Ella ha sabido plasmar su propia visión a través de la imagen, y nos muestra personajes femeninos de todas las edades llenas de vida interior, sencillas, sin ser caricaturizadas ni estereotipadas. Para ellas ha creado atmósferas en las que se combina su trabajo con el de los diseñadores de vestuario, cuyas creaciones han dado vida a Charlotte, Maria Antonieta, Nicki o las hermanas Lisbon, dentro de esos mundos que parecen etéreos, oníricos y paralelos al nuestro.
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