Vestuario de Cruella: La venganza se viste a la moda
Jenny Beavan es esa diseñadora de vestuario que sube a recoger un Oscar en cazadora y vaqueros porque la ropa no le interesa en absoluto, si no es para contar historias. Paradójicamente su último proyecto, Cruella, es una historia donde la moda juega un papel fundamental.
La trama gira en torno al uso que las protagonistas, ambas diseñadoras, le dan a la moda. En palabras de la propia Emma Stone: “La moda es la herramienta de venganza de Cruella”. Tanto es así que la convierte en un arma que utiliza para eclipsar a la Baronesa, llegando incluso a desbancarla, porque Von Hellman es una gran diseñadora pero se ha quedado algo obsoleta, y llega alguien rompedor, rebelde y joven: todo lo que ella no puede ser ni ofrecer al mundo de la moda.
Y es que parece que el oficio es lo único que tienen en común ambas protagonistas, pues son totalmente diferentes y antagónicas. Los diseños de la Baronesa, más recatados y ligeramente anticuados para la época, sirven como contrapunto al estilo punk y vanguardista de Cruella. Von Hellman tiene un estilo más cercano a los años 50 y 60, con influencias de Balenciaga, Elsa Schiaparelli y el “New Look” de Christian Dior. Para ella lo más importante es la fachada y tener todo bajo control, por lo que prefiere estructuras y siluetas rígidas, con tendencia a la asimetría. En ella predominan las telas gruesas con texturas y sus colores predominantes son el marrón y el dorado.
Cruella, por el contrario, sigue una estética totalmente punk y rompedora. Para crear sus looks, Beavan se inspiró en Vivienne Westwood y Alexander McQueen. Los colores que lleva siempre son: blanco y negro con algo de gris, y el rojo para los momentos clave, esos en los que quiere debilitar a la Baronesa y desafiar las normas.
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