9 pasos

Cortometraje 9 pasos: Miedos

· 9 pasos se adentra en el imaginario de la in­fan­cia, etapa en la que el miedo es un signo sustancial y tam­bién reflexiona sobre él como sentimiento universal.

El cortometraje 9 pasos (2018), de Marisa Crespo y Moi­sés Romera, acumula ya más de 130 premios que ava­lan el impacto que ha tenido este desasosegante thri­ller que penetra en el oscuro mundo de los miedos. Saúl es un niño de 7 años -muy bien interpretado por Pa­blo Muñoz– que cada noche interrumpe, preso del te­mor, el descanso de su padre (Jordi Ballester). Este de­cide darle una lección, utilizando una metodología que acude a la educación patriarcal e intenta inculcarle va­lores de hombría: «para solucionar los problemas hay que enfrentarse a ellos, los hombres no tenemos miedo»; y recibe una sorprendente respuesta de su vástago.

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La valenciana y el castellonense cuentan con una am­plia filmografía de la que me gustaría destacar Sirenito (2004), La M Manda (2008) y Un lugar mejor (2013). Su obra centra la mirada en la familia, en las relaciones en­tre padres e hijos y, sobre todo, en la educación y en los tabúes que todavía perviven en nuestra sociedad.

El argumento estético que propone la cinta se benefi­cia del talento fotográfico de Wally Sanz, quien crea la angustiosa atmósfera y el tenebrismo que impregnan un relato oscuro, desafiante y pleno de incertidumbre en el que también afloran instantes con ciertas dosis de humor.

En suma, 9 pasos se adentra en el imaginario de la in­fan­cia, etapa en la que el miedo es un signo sustancial y tam­bién reflexiona sobre él como sentimiento universal, re­presentado de forma magnífica en una película que nos brinda un giro final -habitual en el cine de Romera y Crespo– en el que deja claro el mensaje: el miedo es li­bre.