Cortometraje: Esperando (Zain), de Pello Gutiérrez. Identidad

· Esperando también es en cierta manera una metáfora so­bre las consecuencias del abandono de los ideales. Un re­lato que, igualmente, nos habla de la representación, de la función social del artista y del compromiso.

Pello Gutiérrez funda junto a David Aguilar la productora Zappi Terdi, con la que desarrolla interesantísimos trabajos como Nao Yik (2012) y Mara Mara (2016), am­bos dirigidos por Aguilar, y con la que también producen el notable largometraje Converso (2017), de David Arratibel.

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Esperando (Zain) (2018) está dirigida por Pello Gutiérrez y ofrece una dramática representación, con alguna pincelada de ternura y humor, sobre la soledad y la integridad personal.

Javier Barandiarán compone de manera brillante un per­sonaje austero y deshabitado, «un poeta triste que quie­re cantar» y así lo hace ante el reducido y desam­pa­rado público de una residencia de ancianos. Este espacio, en el que se escenifica el paso del tiempo y el compromiso del cantante, testimonia el recorrido artístico del personaje central de la pieza; «yo soy aquel que hu­ye de la nada», sigue cantando.

Una fotografía tenue y con huella expresionista de Da­vid Aguilar capta los matices de este espartano artis­ta que repite cada jornada, en el rincón de su hogar, los mismos gestos. En ese lugar minimalista, el protago­nis­ta se acompaña de un viejo casete, que reproduce ca­da noche el repertorio de sus canciones. En medio de la soledad infinita, su música reafirma la lealtad a su inventiva.

Con todo, Pello Gutiérrez ahonda en el mundo inte­rior de un hombre que se mantiene fiel a sí mismo y que se aleja, después de una incursión fugaz, de todo lo que le transporta a una realidad vital y artística ajena a su for­ma de ser.

Esperando también es en cierta manera una metáfora so­bre las consecuencias del abandono de los ideales. Un re­lato que, igualmente, nos habla de la representación, de la función social del artista y del compromiso: el gru­po de espectadores que asiste a su recital cada vez es más reducido, y él sigue cantando.

La función debe realizarse siempre, aunque sea para una persona. Los cómicos han de entregarse con la misma profesionalidad y eso es lo que hace el poeta triste, pro­tagonista de esta obra absolutamente recomendable.

Ficha Técnica

  • Montaje: Pello Gutiérrez
  • Fotografía: David Aguilar
  • Música: Muskulo
  • Sonido: Íñigo Telletxea
  • Dirección de Arte: Rebecca Wilkinson, Oier Villar
  • Dirección de producción: Iñaki Sagastume
  • Duración: 12 min.
  • Público adecuado: +18 años
  • Productora: Zazpi Terdi
  • España (Zain), 2018
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