Muero por volver: Presencia

· La idea que propone el guion de Belén Sánchez-Arévalo, colaboradora habitual de Javier Marco, es muy ori­ginal, concediendo visibilidad a ese objeto que, en cier­ta forma, es un personaje más.

Un hermoso plano nos introduce al personaje femenino protagonista. Ella es una mujer casi octogenaria que ha adquirido unas gafas de realidad aumentada. Desde ese momento, Muero por volver (2019), de Javier Marco, pri­vilegia la observación de la posible utilidad de di­cho dis­positivo.

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El director alicantino, experimentado en este formato, cuenta en su haber con películas en las que prima la co­herencia y donde destaca la presencia temática de la muer­te, la soledad, el azar, los sueños incumplidos o los in­migrantes. Una amplia filmografía en la que muestra su talento a la espera del asalto al formato largo, que se pro­ducirá en breve.

Destaca la fotografía de Santiago Racaj, que rescata mo­mentos de una intensidad cautivadora, como el pla­no sobre Simón Andreu: a través de esa mirada perdi­da frente a una ventana se traslada el sentimiento de so­le­dad que transpira, en una secuencia donde se resalta, ade­más, la incertidumbre vital de un hombre noqueado emo­cionalmente.

Marco filma con buen pulso y con elegancia, compo­nien­do planos muy ajustados que crean una estética muy hermosa que irradia la atmósfera adecuada para iden­tificar el vacío provocado por la ausencia de uno de los moradores del hogar.

La idea que propone el guion de Belén Sánchez-Arévalo, colaboradora habitual de Javier Marco, es muy ori­ginal, concediendo visibilidad a ese objeto que, en cier­ta forma, es un personaje más y como tal transmite des­de una realidad que ya es virtual el deseo de su anti­gua dueña: regresar para seguir presente.

Desde luego, la propuesta se vincula en cierta forma con los orígenes del cinematógrafo y a la inmortalidad de aquellos personajes que aparecen en una pantalla y que siempre estarán vivos ante nuestros ojos. Así, el ci­neasta alicantino homenajea al arte que genera los sueños.

Por otro lado, hay que destacar el notable trabajo de Simón Andreu, otro actor que regresa y que ofrece una interpretación sobria, muy bien secundado por Mabel Rivera, una actriz en estado de gracia, como hemos com­probado en la reciente Ato San Nen (2018), de Pedro Co­llantes.

Muero por volver, narrada con un tempo pausado, es una pieza en la que se siente la soledad. Todo en ella, des­de una estética pictórica sombría hasta el espacio de la representación, ayuda a crear ese halo de pesadumbre que llega a conmovernos.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Santiago Racaj
  • Montaje: Javier Marco
  • Música: Pablo Trujillo
  • Sonido: Carlos Bonmatí
  • Producción: Sergy Moreno
  • Arte: Laura García Serrano
  • Duración: 15 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Productora: White Leaf Producciones
  • España, 2019
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