Cortometraje Vera: La sinfonía de los pequeños detalles
· El mimo por los detalles se manifiesta coherentemente en el diseño de producción y de arte, la iluminación, el vestuario y las localizaciones del Palau y el barrio de Grácia.
«Todo lo que el ser humano siente profundamente o imagina claramente, queda impreso en el subconsciente y se manifiesta en los menores detalles». Con esta cita de la ilustradora y pensadora estadounidense Florence Scovel Schinn, que abre el cortometraje Vera, queda enmarcado este debut en el guion y dirección de la productora catalana Laura Rubirola.
Vera es diminutivo de primavera y también el nombre de una limpiadora nocturna de oficinas de mediana edad, sensible y culta, aficionada a la música clásica, que va descubriendo a través de los utensilios más menudos -un gemelo, unos dibujos, las gafas- la personalidad y el trabajo de Miguel, ocupante de uno de los despachos.
La historia partió de una experiencia vital, cuenta Rubirola. «Estaba en un rodaje fuera de casa viviendo con un compañero de trabajo y la persona que se encargaba de la limpieza de ese piso dejó de venir. Ese día recuerdo pensar cuántas cosas podía saber esa persona que venía sin habernos visto nunca, cuánta información tenía de quiénes éramos, qué hacíamos».
Sin diálogos, con la sola compañía de la música y los sonidos, Vera se despliega como una sinfonía doméstica de aspiradoras y paños de polvo, que discurre paralela a la ejecución de los instrumentos en la función del Palau de la Música. A la misma hora en que el director de orquesta eleva su batuta, ella pulsa el play de su walkman y se sumerge en su trabajo.ç
Son cuatro movimientos, marcados por la entrada cada noche a las oficinas, y un arco de transformación interior, reflejado en el paisaje emocional del rostro de la actriz chilena Paulina García (Gloria, Narcos). Entre el Poco Allegratto de la Heroica de Brahms y el Invierno de Las cuatro estaciones de Vivaldi, hasta llegar a la Primavera, la vida de Vera se transforma aunque aparentemente nada cambie. Bruno Franquet firma una banda sonora original, simple y directa, presidida por tres sutiles y melancólicas notas al piano, con versión sinfónica, muy acorde con el espíritu de la protagonista.
Uno de los motivos principales de la 3ª sinfonía de Brahms está basado precisamente en la transposición musical de las iniciales de una frase muy suya: «Frei aber froh» (libre pero feliz, FAF, iniciales de Fa-La-Fa). Así, interiormente libre y feliz se muestra la protagonista de este cortometraje y así lo transmite al espectador que tiene la sensación de estar ante una revelación artística.
El mimo por los detalles se manifiesta coherentemente en el diseño de producción y de arte, la iluminación, el vestuario y las localizaciones del Palau y el barrio de Grácia. Supone todo un disfrute, y un viaje en el tiempo, recorrer con los ojos cada objeto que mira Vera, ambientado cuidadosamente en los años 80.
Vera, el despertar como guionista y directora de Laura Rubirola (Contracorriente, El cuerpo, ¿Quién mató a Bambi?) es un hallazgo, una pequeña joya de una sensibilidad exquisita que guarda su destello más brillante para el final. Tribeca ha sabido valorarla. Por eso fue elegida, junto con una veintena más, de entre los 166 cortometrajes de todo el mundo que se presentaron al festival de cine neoyorquino del 15 al 26 de abril, este año virtual. No resultó ganadora en su categoría, pero solo el hecho de estar allí ya es un premio para el equipo y augura un futuro prometedor a la directora y guionista y a la productora Clàudia Maluenda, socias de Malmo Pictures.
Ficha Técnica
- Dirección: Laura Rubirola,
- Guion: Laura Rubirola,
- Intérpretes: Paulina García,
- Fotografía: Daniel Vergara
- Montaje: Roberto Bra
- Música: Bruno Franquet
- Sonido: Sergio García González
- Duración: 17 m.
- Público adecuado: Todos
- Productora: Malmo
- Distribuidora: Agencia Freak
- España, 2019