La fiesta del fin del mundo

La fiesta del fin del mundo: Incertidumbre

· Obra sorprendente por su incuestionable madurez, La fiesta del fin del mundo expresa la inventiva de una camada de realizadores que vivifican nuestro cine.

Siguen llegando nuevas voces a nuestro cine en corto que enriquecen un espacio marcado por las dificultades sanitarias y económicas. Algunos son proyectos de final de carrera como Salir de aquí (2020) o La fiesta del fin del mundo (2021), docu-ficción dirigida por Paula González, Gloria Gutiérrez y Andrés Santacruz. Ambos tienen en común que son trabajos realizados por alumnos de la Escuela de Cine y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM).

La pieza que nos ocupa revela los modos de comunicación de la juventud en estos días inciertos de la pandemia. Durante el confinamiento, una chica está aburrida en su casa y conecta con un chico que está en la misma situación: no se conocen, pero se acercan a través de un chat online. En sus encuentros virtuales retroceden en el tiempo y evocan otras catástrofes, miran al pasado para afrontar el presente.

La fiesta del fin del mundo es una metáfora sobre las formas de acercamiento personal de una juventud atribulada que se mueve en territorios nebulosos, donde la propia manera de relacionarse está en fuga permanente. Son tiempos en los que la inquietud se extiende, años de soledad en los que los jóvenes buscan refugiarse en los demás, tal vez para encontrarse consigo mismos.

Se aprecia igualmente la representación de la nueva realidad de la mujer, que ha dejado de ser objeto para ser sujeto. En resumen, nos encontramos ante una obra sorprendente por su incuestionable madurez, que expresa la inventiva de una camada de realizadores que vivifican nuestro cine.