La vida entre dos noches: Entrega

· La vida entre dos noches | Este corto es candidato al Mejor cortometraje de ficción en los Goya 2024. Cuando el cine se acerca al ser humano y desvela los mundos que le inquietan, cumple una parte muy importante como arte de la imagen con mayúsculas.

Esta pieza dirigida por Antonio Cuesta es un ejemplo de cine digno, de cine social que desvela problemas que afectan a los ciudadanos. Aborda la incertidumbre existencial y la relación entre un padre en precariedad laboral y su hijo, afectado de parálisis cerebral: unos resilientes que viven en la esperanza y que se aferran a la vida, a pesar de todo.

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La película se inicia con un plano sobre la habitación y cama que comparten. Al levantarse, el padre mira a través de los barrotes de la ventana que sirven de metáfora para expresar el mundo cerrado en el que habitan. Desde ese instante, descubrimos la extrema dureza que padecen y, al mismo tiempo, que la insolidaridad de su entorno les ha relegado a un rincón abandonado. En nuestros días, a pesar de la revolución tecnológica y los cambios en los comportamientos sociales producidos, nos encontramos cada vez más solos.

El padre, un excelente José Manuel Poga que hace muy creíble su personaje, y su hijo, Javier Delgado -muy grande-, con parálisis cerebral en la vida real, viven en un universo inundado por el amor y entrega absoluta del progenitor hacia su descendiente.

Antonio Cuesta filma en 2013 Umbilical, sobre la figura materna, y una década después, La vida entre dos noches, sobre la paterna. La pieza está producida por El Golpe Creativos y se ha rodado en Burguillos, La Rinconada, San José de la Rinconada y Sevilla.

Cuesta consigue sin duda su objetivo, trasladar un mensaje que llega muy dentro y crea belleza con este relato que nos hace creer todavía más en el acto de entregar lo mejor de nosotros a aquellos que lo necesitan: solamente desde el amor desinteresado nos sentiremos más vivos.

El filme está muy cuidado formalmente, sobresaliendo de manera especial el plano picado en la escena de la ducha con la manguera: pura emoción e intensidad. Por otro lado, la intervención lumínica de Manuel Montero aprehende los tonos oscuros que pueblan el universo de los protagonistas y fija un final impagable.

Cuando el cine se acerca al ser humano y desvela los mundos que le inquietan, buscando respuestas y proponiendo soluciones, cumple una parte muy importante como arte de la imagen con mayúsculas. Antonio Cuesta lo consigue y hay que felicitarle.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Manuel Montero
  • Montaje: Ro Menéndez
  • Música: Pablo Cervantes
  • Sonido: Tres Gatos Sonido
  • Producción: Ángeles Sánchez Núñez
  • Productora Ejecutiva: Sara Sánchez
  • Duración: 23 m.
  • Público adecuado: +16 años
  • España, 2022
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